El baile de nombres en la medular, tres movimientos inteligentes y la hoja de ruta del Betis

En Heliópolis tratarán de cuadrar los intereses económicos con los deportivos a la hora de planificar la exigente temporada 2022/2023

El baile de nombres en la medular, tres movimientos inteligentes y la hoja de ruta del Betis
- Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 7 min lectura
No se puede decir que esté arrancando, porque la planificación del Real Betis lleva tiempo en marcha. En concreto, desde las pasadas Navidades, cuando se concretaron las renovaciones y ampliaciones en serie de 'pesos pesados' como el propio entrenador y gran artífice de un nuevo temporadón, Manuel Pellegrini, así como las de Canales, Fekir, Borja Iglesias y Álex Moreno, blindando igualmente Antonio Cordón a dos jóvenes llamados a tener un sitio importante a corto plazo, Rodri y Edgar. Ya más cerca del final, los responsables verdiblancos dieron el visto bueno a la continuidad de tres veteranos, voces autorizadísimas del vestuario: Bravo, Guardado y Joaquín. Contra pronóstico, también seguirá el aún lesionado Camarasa.

Entre medias, la plantilla heliopolitana se aseguró tres elementos más en propiedad: el central Luiz Felipe (que acaba contrato el 30 de junio con la Lazio), el extremo Luiz Henrique (a cambio de nueve millones de euros fijos, en tres cómodos plazos, para Fluminense y 2,6 en bonus) y el delantero centro Willian José (ejecutando la obligación de compra de 8,5 kilos pactada con la Real Sociedad, en una operación que, con el préstamo previo, se va a más de 10,5). Pero, volviendo a lo anterior, no ha dado puntada sin hilo la dirección deportiva bética, con tres movimientos inteligentísimos a la espera de conocer cuál será la gran venta que, de forma obligada, sirva para cuadrar las cuentas de la entidad antes de un mes. Porque, como ya se ha explicado en ESTADIO, no tiene por qué haberla para que todo encaje, pero sí se trata de la vía más factible en estos momentos.

Y a nadie escapa que Guido Rodríguez, revalorizado y con pretendientes de enjundia detrás, sería la salida con mejores guarismos en lo que a plusvalía se refiere. Con un coste total que no superará los ocho millones de euros (tres fijos, otros tres en objetivos y algo más por la compra acordada de otro 10% de su pase cuando cumplió sus partidos números 75 y 100 con la elástica verdiblanca), su valor de mercado, según las webs especializadas, es tres veces mayor (25 kilos). Incluso, el Atlético de Madrid estaba dispuesto a poner 30 sobre la mesa para llevárselo, aunque las exigencias en la capital hispalense son más altas. No tanto su cláusula (80 millones), pero lo más cerca posible, teniendo en cuenta que el 10% de lo conseguido sería para el América, más los pellizcos para Tijuana y River Plate como equipos formadores.

Paralelamente, como ya es sabido, el Betis aprovecha las escasas ganas de partir del pivote italo-argentino para ofrecerle una continuidad más allá de 2024, con mejora de sueldo y aumento de cláusula. Porque, a decir verdad, el escenario ideal sería otra venta, ya que todos consideran a Guido indispensable en una escuadra claramente al alza que llevaba tiempo sin encontrar un mediocampista de su nivel. No para Pellegrini, pero hay personas con cargo ejecutivo que preferiría desprenderse de William Carvalho, que también ha dado un salto en el curso que recién termina y que no ha renovado. De seguir así, quedaría libre en un año, pudiendo comprometerse abiertamente tras la próxima Nochevieja. La ventana que se iniciará el 1 de julio sería la última para obtener réditos por el segundo salario más alto del plantel (2,5 millones), que costó 16+4 millones.

Jorge Jesús, que lo tuvo en el Sporting y lo pidió sin éxito para el Benfica volverá a solicitar su incorporación en el Fenerbahçe, si bien el luso-angoleño siempre ha descartado opciones exóticas o que supongan un paso atrás, como cuando lo llamó su compatriota Marco Silva para el Fulham, de la Championship. De todos modos, el Betis se ha cubierto las espaldas por si se marchara uno de los dos titulares en el doble pivote con tres movimientos muy inteligentes: las renovaciones del tercero en discordia, un híbrido entre ambos perfiles, Andrés Guardado, así como del 'box to box' Camarasa, que arrancará ya a mediados de la pretemporada, pero que gusta mucho al míster chileno. El otro giro es la retención de Paul, el más parecido a Guido, hasta que el internacional albiceleste aclare su futuro, ofreciendo, incluso, al marfileño una ampliación de su contrato, que expira en 2024.

Lo anterior no significa que no vaya a haber novedades en la medular. En realidad, los pasos que ha ido dando Cordón invitan a pensar en que sí, pero su resolución estará condicionada a que salga el '21', el '14', ambos o ninguno. En ese contexto se explican los contactos, ninguno avanzado pero todos iniciados, con una batería muy heterogénea de centrocampistas: Dani Ceballos, Marc Roca, Álex Fernández (alcanzándose un principio de acuerdo que no ha tenido continuación), Grillitsch... Las vinculaciones del agente libre Isco Alarcón y (según Nicolò Schira) Arthur Melo se antojan inviables por sus altísimos cachés, pero alguna vez estuvieron, vía intermediario, sobre la mesa del dirigente extremeño, cada uno con sus connotaciones. La hoja de ruta en el Betis pasa por decidir a quién se vende para seguir creciendo antes de aprovechar las oportunidades de mercado que se presenten con la partida definitiva que se obtenga de los ajustes de LaLiga, los contratos publicitarios (se especula con renombrar comercialmente el Benito Villamarín, como ya han hecho Real Sociedad, Celta o Barcelona, para obtener ingresos extraordinarios) y los beneficios colaterales de operaciones como las de Feddal, Brasanac, Junior y Emerson.