El Real Betis logró este jueves una sufrida clasificación para los octavos de final de la UEFA Europa League, cuyo sorteo se celebrará este viernes a mediodía en la ciudad suiza de Nyon, tras eliminar con mucho sufrimiento al Zenit de San Petersburgo. El empate sin goles final hizo bueno el 2-3 de la semana pasada en tierras rusas, por lo que, pese a lo apretado del marcador, la grada del Benito Villamarín, prácticamente al máximo de lo que permiten las autoridades sanitarias y a rebosar en un día laborable, vibró con un equipo que sustituyó el esmoquin por el traje de faena a las puertas de una de las citas más importantes del año.
Después de conocer el próximo rival en el camino hacia la gran final del Ramón Sánchez-Pizjuán del próximo 18 de mayo, los heliopolitanos prepararán una visita al feudo de Eduardo Dato para disputar este viernes un derbi hispalense entre el segundo y el tercer clasificados de LaLiga. A partir de las 16:15 horas, nervionenses y verdiblancos ajustarán o ampliarán sus diferencias en un curso histórico en el que ambos se encuentran relativamente cerca del Real Madrid. Además, el calendario se aprieta todavía más para los pupilos de Manuel Pellegrini, que no tendrán descanso y, tras rememorar un duelo cainita que viene caliente por lo que ocurrió entre ambos en la Copa del Rey, tendrán que recibir al Rayo Vallecano con una plaza en la final en juego.
Con la posible exclusión del Zenit sobrevolando el ambiente por los ataques bélicos de Rusia a Ucrania, que este viernes propiciarán un debate en la UEFA que podría llevar la final de la Champions del Gazprom Arena a La Cartuja, escenario del 23-A de la final copera también, el VAR fue protagonista por las decisiones, justas a todas luces, del colegiado turco del encuentro en el Villamarín. El público desató la euforia cuando, en el tiempo de prolongación, Halil Umut Meler revisaba el tanto de Chistyakov que mandaba la eliminatoria a la prórroga. La revisión de las imágenes en el monitor desvelaba un pisotón previo al remate del central visitante de Erokhin a Guido Rodríguez, suficiente para invalidar el tanto y devolver la alegría al Coliseo de La Palmera, que sueña con cosas grandes este curso. Y es que Manuel Pellegrini, definitivamente, tiene un plan.
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