Rubén Castro es toda una institución, una leyenda en el Real Betis Balompié. Sus 148 goles y 35 asistencias en 290 partidos avalan una trayectoria tan exitosa como duradera, puesto que Castro, a sus 40 años, se niega a colgar las botas.Tal y como ha explicado en una entrevista en
El País, el actual delantero del
FC Cartagena dice que no tiene ninguna prisa por tomar la decisión de retirarse. "Me encuentro bien y si uno se siente bien, ¿por qué no seguir? Tengo claro que cuánto más edad tenga, más me tengo que cuidar. No lo sé. El año pasado lo pensaba y he aguantado uno más. Ahora pienso lo mismo. Si supero los 15 goles, ¿por qué lo voy a dejar si estoy bien? Ya llevo 12. Vamos a ver cómo acabo. Este año tuve la oportunidad de jugar en Primera, incluso, pero en Cartagena me siento cómodo".
Cuestionado por lo que le ha faltado en su carrera,
el canario deja claro su sentimiento de pertenencia con el Real Betis. "Me hubiera gustado retirarme en el Betis. A la selección estuve a punto de ir una vez. Creo que era Del Bosque el seleccionador. Tuve mis esperanzas, pero era consciente de los grandes delanteros que siempre ha habido en el fútbol español".
Rubén Castro está en el TOP 5 de goleadores profesionales en
España, junto a leyendas como Quini, Zarra, Cristiano Ronaldo y Messi, de los que habló con total tranquilidad y de los que querría tener algunas de sus cualidades. "De Zarra y Quini he escuchado cosas, por supuesto. Dos rematadores clásicos, de área.
De Cristiano me hubiera gustado tener su mentalidad de querer siempre ser el mejor y de Messi su talento. A él no le hace falta entrenar, lo tiene de nacimiento. Yo siempre me he sabido buscar la vida en el área. Nunca fui un futbolista físico. Siempre me gustó encarar. Aunque sea delantero centro, también he jugado arrancando desde la banda. A Mel le gustaba meterme ahí cuando íbamos perdiendo. Como Juanmi ahora".
También tuvo palabras de agradecimiento para Pepe Mel. "
Sabía que había tenido muchos entrenadores, pero no tantos (30). Un año en Las Palmas tuvimos cuatro en una temporada. Descendimos a Segunda B y yo fui el máximo goleador de la categoría. Desde luego, no he tenido ninguno como Mel. Desde que me cogió en el Rayo, que yo estaba cedido por el Deportivo y luego en el Betis y en Las Palmas, siempre me entendió bien y sacó lo mejor de mí".