Lainez, Borja Iglesias y Canales, en dos minutos mágicos al final de la prórroga, evitaron un sufrimiento extremo de un Betis que tuvo que tirar de todo su armamento para doblegar a un Talavera que, por momentos, les tuvo contra las cuerdas. El equipo verdiblanco tuvo, primero, que remontar y, luego, tras ver cómo le empataban, exigirse al máximo en el tiempo suplementario. El sufrido triunfo sirvió para que se reivindicaran los pocos que faltaban, entre ellos, un Lainez que aprovechíó su oportunidad.
De entrada, Pellegrini volvía a darle una oportunidad a Joel Robles, anteponía de nuevo a Ruibal para el lateral diestro y situaba un centro del campo que bien podría haber sido titular también en San Mamés: Guido-William.
El Betis arrancó muy agresivo con la idea de, como ocurriera en Alicante, decantar pronto el partido y no pasar los apuros de otros equipos de Primera, pero se encontró con un mazazo. Una gran jugada del conjunto manchego acabó Borja Díaz delante de Joel Robles. El portero madrileño salió con fuerza y se llevó por delante al delantero talaverano -aunque las imágenes dejan dudas-. Penalti que el capitán Góngora se encargaría transformar pese a que el meta verdiblanco adivinó la trayectoria.
Sólo se llevaban siete minutos y el Talavera, lejos de defender, siguió presionando para tratar de aprovechar la zozobra verdiblanca. Pero la banda derecha empezó a aparecer, Rodri y Joaquín a entenderse y, con ello, el Betis pudo amenazar al fin a su rival.
La primera combinación entre ambos acabó en Borja Iglesias, quien, muy escorado, lanzó a las manos del portero. La segunda, un corte de Rodri, acabó en el mismo sitio y con el mismo protagonista, pero esta vez el Panda la colocó arriba, donde Miño no podía llegar. El Betis había evitado los nervios y neutralizado a su rival en tan sólo seis minutos (14').
Tras ese ímpetu inicial el partido se ralentizó y, poco a poco, el Betis empezó a imponer su dominio y calidad.
Así llegaron las ocasiones. Borja Iglesias, omnipresente en este arranque, pudo adelantar a los suyos, pero entre su disparo en semifallo y la defensa el balón casi entra en la portería, donde estaba un zaguero para sacarla.
A la media hora, Joaquín volvió a asumir el protagonismo con un jugadón en el que se fue de dos y pasó a William, quien muy apurado lanzó ajustado al palo.
Esa jugada fue el arranque de un tramo de acoso verdiblanco. A esas alturas, con el paso de los minutos, la banda izquierda empezó a aparecer también con un Miranda incrustado en campo contrario y un Tello que le arrastraba los defensas para que el de Olivares llegara a línea de fondo o para que Joaquín, cuando se escoraba a esa banda, tuviera espacios.
El capitán del Betis, precisamente, tuvo la siguiente a los 37 minutos. Fue tras un pase desde línea de fondo de Borja Iglesias que, Joaquín, ejerciendo de '9' y desde el borde del área pequeña, lanzó ligeramente alto.
El Talavera sólo era capaz de llegar a balón parado, pero apenas daba sensación de peligro. Y así se entró en el tramo final de esta primera mitad, en la que el Betis mantuvo su acoso sin encontrar recompensa.
El arranque de la segunda parte fue similar a la de la primera, con el equipo talaverano presionando y tratando de volver a adelantarse en el marcador para luego verlas venir. Y, como en ese arranque, la tuvo a los cuatro minutos. Rodrigo, sólo ante Joel, picó demasiado la pelota y se le fue por encima del larguero.
Góngora tuvo opción de repetir a los diez minutos con una falta al borde del área, pero su doble intento se estelló contra la defensa verdiblanca.
El Betis sufría, pero aún quedaba lo peor. Un robo de Jordi Martín en el 55' le permitió llegar a línea de fondo, pasó atrás y Borja Díez disparó rozando el palo. Era una ocasión clarísima, pero más aún lo fue la que tuvo Rodrigo en el minuto siguiente. El brasileño encaró a Joel y su balón se le fue rozando la cruceta. El gol se mascaba.
Aunque es un tópico, siempre se dice que si el 'chico' perdona al 'grande' acaba pagándolo. Cuando el 2-1 parecía inminente, William se inventó una juagda de potencia y, a su ritmo, se fue de quien salió a su paso, entró en el área y fue derribado. Penalti que permitía a Joaquín poner al Betis por delante tras engañar a Miño.
El Talavera ni lo notó y no sólo siguió atancando sino que dio un paso adelante. Añón no llegó por muy poco para hacer el empate y el cabezazo de Bourdal se topó con el palo.
A esas alturas, con veinte minutos por delante, Pellegrini ya había movido el banquillo tratando de dar aire a los suyos con Lainez, Canales y Juanmi.
La entrada de los hombres de refresco se notó. Canales empezó a crear y Juanmi a poner de manifiesto su velocidad. El malagueño fue derribado dentro del área a diez minutos del final, pero el árbitro consideró como legal la carga del defensa. Algo raro cuando había empujado la espalda del delantero bético.
Aún tuvo otra contra el equipo andaluz para haber sentenciado, pero Lainez se equivocó al no disparar cuando estaba solo. El partido estaba donde quería el Betis, controlado totalmente, pero el marcador era muy peligroso. Y, en esa situación, siempre hay margen para la sorpresa. Ésa llegó a dos minutos del final. Ceberio se fue de William, disparó desde el borde del área, Joel Robles detuvo, pero el rechace le llegó a Perales para que igualara la contienda. La repetición demostró que estaba en posición dudosa, pero aquí no hay VAR...
El Betis se fue a la desesperada. No quería jugar 30 minutos más. Y en ese tiempo escaso que quedaba, Guido apuró a Miño y Juanmi fue derribado de nuevo dentro del área, aunque Hernández Hernández insistía en que se había vuelto a tirar.
Pellegrini no quería más sobresaltos y mandó a su equipo al ataque. El arranque de la prórroga significó la entrada de Willian José, que pudo adelantar de nuevo al Betis en el primer balón que tocó. La siguiente embestida llegó por banda izquierda, cuando el centro de Ruibal al corazón del área no encontró rematador. Sí lo hizo en sendos córners con Edgar y el propio Willian José, pero en ambos se fue el balón por poco. Canales se estrelló contra la barrera en una falta al borde del area... El acoso era insistente.
El Talavera parecía no existir, pero al igual que cuando empató, estaba acechando su oportunidad. Y cuando llegó se cantó el gol del triunfo. Borja Díez se plantó ante Joel y éste tocó lo justo para que el balón no entrara.
La segunda mitad comenzó con un remate al palo de Pezzella y con el Talavera perdiendo tiempo. Estaban fundidos. Pero también lo empezaba a estar un Betis que cada vez tenía las ideas menos claras.
Entre nervios, faltas y mucha precipitación, apareció Lainez para levantar la mano y demostrar que tiene algo. Sólo faltaban cuatro minutos para el final cuando, tras recibir un balón de Canales, el mexicano se sacó de la manga un disparo al palo largo que superó a Miño.
Pero aún faltaba lo mejor. La aparición estelar de Borja Iglesias dos minutos después para irse de cada rival que se le ponía por delante por la línea de fondo y regalarle un gol a Canales que finiquitaba el partido. Al fin respiraban.
Antonio José Medina11 min lectura