Su último partido
completo data del 20 de diciembre del año pasado, en
Granada (2-0). Se lesionó en una de las últimas acciones del partido, al lanzarse al césped para contrar una contra de Kenedy con todo ya decidido. Tardó un mes en recuperarse de una rotura fibrilar, pero
William Carvalho no ha vuelto a ser el mismo. Y eso que la temporada 20/21 pintaba bien para el luso-angoleño, quien, tras una ventana estival-otoñal de rumores sobre una posible salida, comenzó siendo
indiscutible para Manuel Pellegrini junto a
Guido Rodríguez en el eje de la medular.
El ex del
Sporting, incluso, anotó sendos tantos frente a
Valladolid y Real Madrid en septiembre, disputando las 14 jornadas iniciales y únicamente en cuatro saliendo desde el
banquillo. Pero el cambio de año ha lastrado definitivamente al mediocentro, afectado seguramente por un mercado invernal en el que se le relacionó con fuerza con el
Benfica, deslizándose en Portugal que él mismo había cercenado aquella operación, pidiendo primero un sueldo muy alto (los encarnados le ofrecían 2 kilos anuales, su tope salarial, cuando aquí cobre 2,5) y, después,
negándose a firmar por un rival directo del club de sus amores.
Carvalho volvió a enfundarse la camiseta bética en la recta final de la visita liguera a
San Sebastián del 23 de enero, coincidiendo su salida con el tanto de la presunta sentencia realista, si bien
Joaquín y Canales se encargaron de amarrar un empate postrero. Salió
frío, lo que contrasta con la
aceleración de este domingo en el Martínez Valero, que ayudó en el 0-1 (su pugna con Dani Calvo sirvió a
Borja iglesias para forzar el penalti de Gonzalo Verdú), pero que a punto estuvo de costarle la expulsión, después de un
codazo en un salto a Pere Milla ya con la amarilla en su casillero. Una frontera que sí cruzó ante el
Getafe: salió faltando once minutos y se marchó a la caseta por doble amonestación.
Antes de la visita al Elche, William acumulaba
siete ratitos en este 2021, nunca más de 34 minutos, completando los 45 del primer tiempo (fue sustituido al descanso por Loren) en esta jornada 29, tras haber visto cinco tarjetas en apenas 181' (una cada 36 sobre el campo). Un ostracismo que no solamente es culpa del paso al frente de Canales o
Guardado, sino también de su
mal momento de forma y mental, que le ha costado su segunda ausencia injustificada con
Portugal desde su debut en 2013 a las órdenes de Paulo Bento.
Porque el mediocentro se ausentó en la primera citación del curso de
Fernando Santos, en septiembre de 2020, precisamente cuando mejor estaba, si bien fue porque el seleccionador luso quiso ver a una serie de jóvenes futbolistas, pero el bético volvió luego en el parón Fifa de
octubre. Hasta ese momento, solamente lesiones o una convocatoria con la sub 21 le habían sacado de los planes de los diferentes entrenadores del país vecino. Hasta este mes de marzo, cuando William Carvalho faltó ante
Azerbaiyán, Serbia y Luxemburgo en el inicio de carrera mundialista. Un precedente peligroso, pues se está fraguando la lista de la próxima
Eurocopa.
La hipotética ausencia del otrora 'león' de la magna cita continental sería un
hándicap importante para su actual club, que confiaba en cierta revalorización en verano de uno de sus principales activos en el mercado. De hecho,
Haro y Catalán han tasado al centrocampista en
20 millones de euros, pues la consigna es recuperar la inversión realizada hace un lustro. El Betis es dueño del
80% de su pase, tras recibir otro 5% dentro del traspaso de
Feddal hace dos ventanas, por lo que lleva tiempo poniéndolo en el mercado con el fin de cuadrar sus cuentas. Tiene hasta septiembre para hacerlo, pero le será difícil que desde la
Premier, la esperanza para una salida
rentable, apuesten con este panorama. Le quedan nueve partidos para reivindicarse. En Heliópolis cruzan los dedos.