Mala suerte. Al igual que su técnico, los jugadores del Betis no encuentran otra explicación para justificar una mala racha que se alarga por tres partidos y que, especialmente en los dos últimos, ha sido muy cruel con el equipo verdiblanco. Un punto de seis posibles es poco bagaje para un conjunto que merecía más y que sigue apelando al trabajo para salir de esta situación tan comprometida.
"Venimos de tres partidos sin victorias, un empate y dos derrotas, pero hay que seguir trabajando. En el fútbol hay momentos buenos y malos, así que ahora tenemos que centrarnos en el partido importante del jueves (ante el Espanyol)", aseguraba Emerson, quien resumía así lo que le está pasando al conjunto heliopolitano: "Muchas veces estamos posicionados y encajamos. Ellos necesitan una jugada para meter y nosotros muchas. Tenemos que mejorar, tener una oportunidad y meterla".
Ahora llega un equipo, el Espanyol, que podría decidir la lucha futura del Betis. Con Europa a 13 puntos a falta de 24, esa pelea habría que descartarla y sí mirar hacia abajo. Y ahí, el próximo rival verdiblanco es uno de los clubes implicados. Ganarle significaría olvidarse de una vez de un temor que, aunque lejano, está ahí: el descenso. "No hay partidos fáciles, tenemos que estar tranquilos porque ellos vienen a jugarse la vida y nosotros también tenemos que estar tranquilos", aseguró el lateral, que no quiso hablar nada sobre el penalti que le hizo Iñigo Martínez.