Hace poco más de un año,
Quique Setién no sabía lo que era disputar competición continental. Se estrenó en la
Europa League 18/19 como entrenador del
Betis, equipo al que él mismo había clasificado con un postrero gol al Málaga de
Fabián Ruiz, quien hoy será
testigo de excepción del debut en
Champions del que fue su mentor intramuros de
Heliópolis. Será el
reencuentro,
dos años después, de un entrenador y un futbolista que se deben mucho y se aprecian mutuamente.
"
Fabián es un jugador al que le tengo mucho cariño y sé que aquí también se lo tienen, y no es para menos”, apuntó este lunes
Setién en sala de prensa, donde dedicó elogios a su expupilo: "
Fabián ha tenido un crecimiento espectacular. Me alegro mucho por él, pero espero que podamos frenarle. Me alegro de verle meter esos goles. Es una bellísima persona, un chaval humilde y sensato". "
Quique es el que me ha explotado y ha sacado de mí el máximo nivel posible, se lo tengo que agradecer porque con él aprendí mucho", decía hace unos meses
Fabián en una concentración con la selección española.
En el verano de 2017, en pleno cambio físico tras su cesión en el Elche,
Fabián regresaba al Betis con pocas expectativas de éxito. Su sueño de triunfar con las trece barras se había ido diluyendo poco a poco tras no cumplir, a priori, las altas expectativas despertadas cuando
Juan Merino le hizo
debutar tres años antes, tras saltar en sólo unos meses del juvenil al filial y de ahí al primer equipo. Fue el 13 de diciembre de 2014, en un partido de Segunda división que probablemente era una señal que el destino le estaba mandando a aquel espigado y delgaducho canterano de 18 años. El equipo ganó por 0-1 con gol de Rubén Castro y
Fabián jugó 40 minutos tras entrar en el 50' por Xavi Torres. Fue en el
Anxo Carro de Lugo y el entrenador del conjunto gallego era... Quique Setién.
Hasta que se volvieron a ver, en la pretemporada de la 17/18, el palaciego sólo había jugado 25 partidos en tres temporadas. De la mano del técnico cántabro,
Fabián por fin se asentó y explotó en el Betis. Jugó 35 partidos de 40 posibles, 31 como titular, con un total de 2.749 minutos en los que llevó el timón verdiblanco y metió tres goles; entre ellos, el ya mencionado que dio el celebradísimo pasaporte europeo, justo antes de convertirse en la
mayor venta de la historia del club de La Palmera. El
Nápoles, por obsesión de
Carlo Ancelotti, pagó su cláusula de rescisión de 30 millones de euros, tope de recaudación del club hasta que hace unos días el
Tottenham formalizó la adquisición de
Giovani Lo Celso por un montante total de
48 millones.
Setién siguió en el
Betis, donde pese a no acabar bien, devolvió al club a unas semifinales de Copa después de 14 años de espera. Tras haber asaltado con
Fabián feudos como el
Santiago Bernabéu o el Ramón Sánchez-Pizjuán (gol del centrocampista incluido), repitió el cromo de
Chamartín y unió a su colección los de
San Siro y el
Camp Nou, en una exhibición de fútbol que a buen seguro tiene mucha culpa de que hoy se vaya a sentar en banquillo visitante del estadio
San Paolo, en un
Nápoles-Barcelona de la ida de los octavos de final de la
Liga de Campeones.
Encontrará a un Fabián muy distinto a aquel joven del que se despidió en julio de 2018. Estrechará la mano de un jugador por el que se pelean
Madrid,
Barça (Setién es ahora el gran aval culé) y otros grandes entre los grandes; que es campeón de Europa sub 21 y tiene plaza fija con la absoluta en la
Eurocopa del próximo verano; que
suma más partidos con los partenopeos (65) de los que llegó a disputar con 'su' Betis (60); con 1
2 noches de Champions y seis de Europa League como bagaje personal y siendo la piedra angular de uno de los 16 mejores clubes de esa máxima competición continental en la que hoy se estrena su mentor, ni más ni menos, que al frente de Messi y compañía.
Quién se lo iba a decir a ambos en aquel Lugo-Betis de diciembre de 2014.