Optó Setién por salir de inicio con
dos puntas en un frío El Alcoraz, donde los de Heliópolis se dibujaron sobre la idea del Betis europeo, ese que ha acostumbrado a jugar con dos delanteros, salvo ante el Dudelange, en el último encuentro de la Fase de Grupos de la Europa League. Un sistema con el que el técnico cántabro
sacrificó un centrocampista (Joaquín) por darle entrada a otro '9'; algo que, en parte, sorprendió a muchos, pues
Sergio León se había quedado en la capital hispalense.
Con Canales más liberado,
el Betis pivotó su juego sobre William Carvalho, quien tuvo que hacer un sobreesfuerzo en la zona ancha ante la falta de acierto de un Javi García que, como pivote, no ocupaba el espacio que requería y perdía demasiados balones. En las bandas, Tello y Francis intercambiaron sus posiciones iniciales, mientras que Loren Morón, arriba, trabajaba para y por el equipo a la vez que Tonny Sanabria estuvo ausente durante los primeros 45'. Un Betis plano que tiró por tierra la primera mitad y que, sin embargo, cambió su imagen tras el paso por vestuarios, cuando llegó el gol.
De penalti, Sanabria no perdonó (aunque con incertidumbre). Con el 0-1, Setién dio entrada a
Lo Celso y Guardado, por Loren y Feddal, volviendo el Betis a su dibujo natural (
1-3-4-2-1). Con sus ‘jugones’, sobaba el balón y buscaba el segundo. Un Betis mucho más reconocible que, sin embargo, acabó sucumbiendo ante un Huesca que le dio la vuelta al marcador y, ya sin tiempo, certificó la derrota verdiblanca en su primer partido del año. Serra tiene que ponerse las pilas con el delantero.
William, eje verdiblancoEl Betis pivotó su juego sobre William Carvalho, quien tuvo que hacer un gran esfuerzo durante la primera mitad, ayudando también en la labor de un Javi García que perdió demasiados balones y no ocupó el espacio que se le requería.