Mucho debe torcerse la cosa para que
Betis y
Valencia no se pongan de acuerdo entre hoy y mañana para el traspaso de
Martín Montoya, objetivo número 1 para los verdiblancos en su intención de reforzar los laterales, una vez que
Jonny se decantó por fichar por el
Atlético de Madrid, que lo ha cedido una campaña al
Wolverhampton. De esta forma, las distancias entre levantinos e hispalenses se han recortado considerablemente en las últimas horas, pues ambos se han dado cuenta de que les conviene llegar a un entendimiento.
Y es que desde la planta noble del
Benito Villamarín han trasladado a las oficinas de Mestalla que estarían dispuestos a llegar a los
cinco millones de euros por el zaguero, incluyendo ahí variables y otras fórmulas (como el pago aplazado) que reduzcan el impacto de la operación, al tiempo que sus homólogos de la capital del Turia ya no se plantan en los
ocho millones en que tasaban al exbarcelonista, sino que estarían dispuestos a dejarlo salir por seis. Queda poco, por tanto, para que la
'fumata' verdiblanca sea una realidad, aunque en fútbol se han roto tratos bastante más encauzados, por lo que, sin perder el optimismo y la buena voluntad, en las huestes verdiblancas prima la cautela sobre este asunto.
El lunes fue día de descanso en el
Valencia, que tiene previsto regresar hoy al trabajo. Lo ideal sería que con este 'affaire' en vías de solución. Así lo esperan igualmente en la capital hispalense, donde valoran positivamente el gesto del de
Gavà, que ha rechazado cualquier otra opción para decantarse por el
Betis, haciendo saber a los responsables levantinos que desea volver a
Sevilla. Por ello, tendrán la deferencia de esperarlo unos días más, aunque, como ya se apuntó en estas líneas, reactivando alternativas por si esta semana no logra desbloquearse la situación.
Sea como fuere, las diferencias entre
Marcelino y el carrilero, que son patentes, se han suavizado, pues las palabras del agente de este último,
Juan de Dios Carrasco, apuntaban a un plante, a una declaración en rebeldía que no conducía a nada positivo. Las propias entidades han luchado por mantener las buenas relaciones y solucionar, si fuera posible, la operación por la vía del diálogo.