Corría el año 2007, el
Dépor seguía conservando ese nombre de equipo grande que había maravillado a
Europa, pero el club empezaba a dar síntomas de desgaste. Varias temporadas alejados de los puestos altos de la tabla y sin hacer nada importante en competiciones europeas. Aún así, el conjunto gallego pudo realizar su último gran fichaje, la compra de la gran promesa del fúbol méxicano:
Andrés Guardado.Quizás en el fútbol de ahora,
Madrid,
Barça,
City o
PSG se habrían hecho con el fichaje de
Guardado a poco que despuntara, pero en 2007 las cosas eran diferentes. El
Dépor pudo hacerse con sus servicios por 7 millones de euros (fue el jugador azteca más caro en ese momento), con un contrato de 5 años donde se esperaba que
Guardado fuera el buque insignia de la entidad.
Durante la estancia de
Guardado en
A Coruña, el
Dépor volvió a jugar en
Europa y estuvo por la parte media-alta de la tabla, pero también se produjo un trágico descenso a
Segunda División. Aunque
Guardado fue un jugador importante, nunca llegó a tener ese áurea de estrella que se esperaba, pero se ganó el cariño de
Riazor para siempre, cuando se quedó en el equipo para jugar en
Segunda consiguiendo el ascenso.
Este lunes se enfrentan
Dépor y
Betis, en un partido que será especial para el méxicano ya que considera Riazor como su segunda casa. Casualidades de la vida, fue en
Riazor y contra el
Betis donde
Guardado marcó su primer gol en
España. Más de diez años después intentará repetir la historia, pero esta vez al revés para que el
Betis vuelva con los 3 puntos de su visita a
Galicia.