Hablar de Zach LaVine era hasta hace poco hacerlo de un enorme talento que había explotado finalmente el Chicago hasta el punto de convertirse en All-Star. Sí, lejos de las dudas que despertó para muchos en sus inicios en Minnesota, el que fuese número 13 del draft de 2014 parecía haber despegado definitivamente para dar forma a una carrera repleta de éxitos, e incluso como jugador franquicia de uno de los equipos más emblemáticos de la NBA. ¿Qué ha ocurrido? Que todo se ha venido abajo.
Sin que se pueda decir que sea únicamente su culpa –ni mucho menos–, poco o nada queda de aquellos Bulls que empezaron la campaña 2021-22 como un tiro. Aquella campaña fue la de su primer All-Star, pero también la de una grave lesión de Lonzo Ball –el base del equipo–, quien aún no ha podido regresar y se ha definido como esencial en un proyecto que desde entonces ha ido perdiendo fuerza hasta prácticamente desaparecer.
Aunque LaVine siguió jugando bien, tanto como para repetir en el partido de las estrellas de 2022, su baloncesto fue perdiendo brillo a la vez que los problemas físicos iban haciendo acto de presencia. Así es. Espalda, rodilla, tobillo... El jugador nacido en Washington empezó a ser más noticia por sus lesiones que por sus canastas, algo que ahora ha terminado por dar la cara de la peor manera con una dolencia que directamente ha acabado con su temporada y con sus opciones de cambiar de equipo.
Así es. Cuando decimos que LaVine ha tocado fondo es porque su consideración dentro de la propia NBA ha sufrido una caída incalculable. Cuando se hicieron los Bulls con él era deseo de muchos, hace un par de años era intocable para la organización de Illinois, hoy nadie le quiere... y menos con el enorme contrato que tiene, ya que en verano de 2022 Chicago le firmó 5 años y 215 millones de dólares –sí, se arrepienten–.
Mientras los rumores de salida de Chicago estaban alimentados únicamente por un hipotético interés de los Detroit Pistons, LaVine y su agencia, Klutch Sports Group, han entendido que era el momento idóneo para que el guard se sometiese a una cirugía que le tendrá de baja entre cuatro y seis meses, determinación tomada tras consultar con varios especialistas respecto a la lesión que sufre en el pie derecho.
"Tomó la decisión que consideró mejor para su salud. Realmente siento que hizo todo lo que pudo para intentar volver a jugar. La molestia en su pie estaba en un lugar que le hacía sentir que no tenía oportunidad alguna de ser él mismo sobre el parqué. Esa fue la parte realmente frustrante", comenta Billy Donovan, su entrenador en los Bulls.
Puede no faltarle razón al técnico. LaVine estaba en un promedio de 19,5 puntos, su marca más baja desde la campaña 2017-18. Sí, ha tocado fondo, pero parece que LaVine quiere aprovechar para coger impulso y volver con más fuerza. Veremos si puede conseguirlo.