Los Warriors han hablado. Tras la agresión de Draymond Green a Jusuf Nurkic la NBA actuó con fuerza suspendiendo al jugador de Golden State indefinidamente. El hecho de ser reincidente y estar dando una imagen que la Liga quiere evitar a toda costa ha sido gran parte del motivo, pero por otro lado está la creencia de que realmente Green necesita ayuda para enfocar el resto de su carrera en el baloncesto de otra manera. Y no lo decimos nosotros, sino su propio entrenador y compañeros.
Tras vivir a medio camino entre la disculpa y la justificación, parece que todos han entendido que hay que hacer algo y que Draymond Green realmente tiene un problema. En declaraciones a ESPN, el propio jugador señaló recientemente que a veces no se da cuenta de lo que hace; tanto es así que al ver su acción don Rudy Gobert, en la cual agarró del cuello al francés durante varios segundos, se percató de que su percepción fue muy distinta a la realidad. "Cuando lo volví a ver, dije: 'Maldita sea, lo sostuve mucho más tiempo de lo que me di cuenta en ese momento'". Ahora, tras repetir pérdida de papeles, su entrenador, Steve Kerr, tiene claro que hay que atajar la situación y que la suspensión indefinida es el primer paso para ello.
"La suspensión tiene sentido… Esto es más que baloncesto. Se trata de ayudar a Draymond, tomar distancia y hacer un cambio en su enfoque… Hay que ayudar a Draymond porque se trata de su vida. Hablamos del Draymond que estranguló a Rudy, el que recibió una paliza salvaje, el que golpeó a Jordan Poole el año pasado... Ese es el tipo que necesita cambiar", comenta al mencionado medio el head coach de los californianos antes de aclarar que el objetivo es que pueda tener un buen final de carrera.
"La clave para mí es lo que esto puede hacer por su vida a largo plazo... Quiero que termine su carrera de una manera digna... Cruzó el línea y él lo sabe. Queremos apoyarlo en todo momento", sentencia.
Antes de que se produjese la agresión a Nurkic, Stephen Curry habló con Green y ya le expresó su preocupación por lo que le estaba pasando. "Tuvimos una larga conversación y pensé: 'Me preocupa menos lo que hiciste que por qué y cómo sucedió'". Viendo que ahora ha ocurrido algo similar, entiende que es momento de parar, aunque ello perjudique al equipo.
"Hemos estado juntos durante tanto tiempo y me ha contado muchas de las cosas que le han sucedido personalmente a lo largo del camino. Hay muchos factores estresantes. Todos respiramos a través de él. No conozco a nadie que pueda reemplazar eso. Es un gran termómetro de cómo estamos jugando y de lo motivados que estamos en la cancha. Su efecto en el vestuario fuerte. Así que es una bendición y una maldición que ocurra esto", concluye.