LeBron James acabó el partido del Madison con una toalla de los New York Knicks. ¿Casualidad? Muchos lo niegan. El Rey parece estar algo descontento con el devenir de los acontecimientos en los Lakers; tanto es así que hace poco compartió un misterioso tweet con un único emoticono de un reloj... Algunos vieron en tal gesto una petición de traspaso, otros un ejercicio de presión a la franquicia para que se mueva ya. La única realidad es que el ganador de cuatro anillos de la NBA parece estar esperando a que ocurra algo que no llega.
Así es. Desde hace semanas –casi diríamos meses–, los de Hollywood han estado tocando puertas con la intención de mejorar su plantilla sin encontrar el camino para conseguirlo. Las piezas que suenan para llegar –casos de Dejounte Murray y Bruce Brown– suenan realmente bien, pero el precio de estos se escapa de las manos para los Lakers, que ven como en 48 expira el plazo para cerrar traspasos en la Liga.
El tiempo aprieta y las soluciones no llegan. Algo así debe pensar un LeBron James que ver como el equipo no despega. Con más de la mitad del curso disputado, los de oro y púrpura ocupan la novena plaza de la Conferencia Oeste con un balance de 27-25; más claro: están realmente lejos del punto necesario para competir por el anillo y el 'milagro' del curso anterior, cuando se levantaron de manera sorprendente para llegar a las finales del Oeste, parece imposible que vuelva a producirse.
Con tal contexto en el aire, los medios no han dudado en preguntar a LeBron si el equipo necesita fichajes o si con lo que tienen se puede pelear por el campeonato. El jugador de 39 asegura que no le corresponde responder a él y que por tanto deja lo que ocurra con el equipo (y con su futuro) en manos de los propios Lakers.
"No es una pregunta para mí. Me encanta a los que tenemos tenemos en el vestuario. Y eso es todo lo que me preocupa. Vamos a salir y prepararnos cada noche, sin importar lo que ocurra. No importa quién esté en este equipo. No importa nada de eso", comenta dando carpetazo a todas esas voces que apuntan a que es él mismo quien toma las decisiones de despacho en sus equipos.
Hasta ahora han surgido numerosos rumores alrededor de los Lakers, pero si hay algo en común con todos ellos es que siempre aparece el nombre del mismo jugador como centro del acuerdo: D'Angelo Russell. El base está jugando bien, pero ello no impide que los Lakers parezcan dispuestos a soltarle para conseguir el retorno que desean. Cuestionado por ello, explica que no puede hacer otra cosa que centrarse en el parqué.
"No me importa. En absoluto. Preséntate a trabajar. Eso es todo. Quiero decir… Tampoco puedo controlar que mi contrato encaje para ser traspasado. Entonces, simplemente dedícate a jugar. No puedes controlar eso. Una vez más lo digo: no me importa, en absoluto", sentencia.