Wimbledon siempre se ha caracterizado por su inmovilismo y por ir por libre a la hora de tomar decisiones, por muy polémicas que estas sean. Ya en su día provocó una rebelión de los tenistas, encabezados por los españoles, cuando se negó a respetar los ránkings para colocar los cabezas de serie que quería y en el orden que creía conveniente.
Aquello desembocó en la ampliación de los cabezas de serie de 16 a 32, y le obligaron a que los ordenara, pero sin meter tenistas que no estuvieran entre esos 32 primeros, algo que sí hacían entonces.
Tiene diferencias con respecto al resto de torneos del Grand Slam en la venta de entradas, mantiene su 'obligación' de vestir de blanco y otras normas tradicionales que se niegan a quitar.
Hace sólo unos días provocaron una nueva polémica cuando confirmaron que, pese a los problemas surgidos en los últimos años con los horarios, no se iba a alterar el inicio de los mismos y los encuentros seguirían comenzando a las 13:30 en la pista Central y a las 13:00 en la pista 1, las dos con techo del recinto.
Y ahora han tomado una nueva decisión que ha creado un debate y que afecta a los aficionados que acudirán a The All England Lawn Tennis Club desde esta misma semana, cuando ha arrancado la fase previa del tercer torneo del Grand Slam de 2024.
Wimbledon tomará una nueva medida para, supuestamente y según ha anunciado, fomentar la sostenibilidad entre sus asistentes: cobrar 5 libras a las personas que quieran rellenar sus botellas de agua.
Para ello ha llegado a un acuerdo con Evian, uno de sus patrocinadores, con el que ha puesto en funcionamiento un sistema de recarga que usa códigos QR. Los aficionados pueden adquirir estos códigos y ponerlos en sus botellas reutilizables; y, con ellos, rellenar las botellas en los diferentes tanques de agua que hay en el club londinense.
La alternativa para el que no lleve su botella y compre el código será la opción de comprar botellas de acero inoxidable temáticas del torneo por 25 libras. En ellas ya vendría incluido el código QR. Y luego estarían las fórmulas 'tradicionales' de comprar botellas de 750 ml a un precio de 2,95 libras, que es lo que quieren evitar, o recargar con agua de grifo.
La medida ya ha provocado debate en las redes entre los que aplauden esta fórmula y los que la ven como otra forma de recaudar dinero por parte de Wimbledon. De cómo resulte se implementaría en otros torneos en los que la misma marca se encarga de gestionar la recarga de agua.