Francisco Salas3 min lecturaEl Masters 1000 de Shanghái ha vuelto a ver en pista a uno de los mejores tenistas de la historia, Roger Federer. El jugador helvético lleva desde 2022 retirado, cuando se despidió del tenis profesional en la Laver Cup, en aquel recordado partido de dobles con Rafa Nadal. Y desde entonces no ha querido participar en ningún evento o exhibición, sin embargo se ha dado la oportunidad de volver esta semana en la ciudad china para tomar parte de un partido de dobles con el tenista Zhang Zhizhen, 31 del ranking; el flamante oro olímpico de tenis de mesa Fan Zhendong y el actor y cantante hongkonés Eason Chan.
El ex número 1 del mundo venció hace diez años el torneo y ahora ha querido celebrarlo con este partido, en el que se impuso formando pareja con Chan. Además, vivió un momento de lo más especial al encontrarse en las instalaciones del evento con Novak Djokovic, quien acababa de disputar su duelo de cuartos de final ante el checo Jakub Mensik. Y tras unas horas de sufrimiento se impuso y sigue en camino de un nuevo Masters 1000. La diferencia es clara entre dos rivales que se han cruzado hasta 50 veces en el circuito, pero ahora uno disfruta de su jubilación y el otro sigue pegándose por las pistas.
Todo esto se ha producido en una semana muy especial para el tenis profesional, ya que el gran rival de ambos, Rafa Nadal, ha anunciado su retirada del tenis profesional, y Roger quiso despedirse de él a lo grande, y va a ser partícipe de los diferentes homenajes en Málaga, en la Final a 8 de la Copa Davis. "Qué carrera, Rafa. Siempre he deseado que este día no llegara. Gracias por los inolvidables recuerdos y por todos tus logros en el deporte que amamos. Ha sido un absoluto honor", fueron las palabras del de Basilea.
Y es que Federer y Nadal completaron una de las rivalidades más bonitas de la historia del deporte, enfrentándose en cuarenta ocasiones, con 24 victorias para el español y 16 para el suizo. Dejando para el recuerdo sus duelos en Roland Garros, sus tres finales en Wimbledon, incluyendo la de 2008, considerada el mejor partido de la historia, así como la legendaria imagen que dejaron en la Laver de 2022 en Londres, en la que ambos terminaron llorando cogidos de la mano en la mencionada despedida del suizo.