Este ha sido el mejor final de año posible para Jasmine Paolini, que tantas veces se había quedado a las puertas la gloria en 2024, rozando triunfos tan destacados como los de Roland Garros o Wimbledon, ambos cediendo en la final tras darse a conocer al mundo. Pero esos varapalos ha encontrado la forma de taparlos vistiendo la camiseta de Italia, primero logrando el oro olímpico en dobles junto a Sara Errani, en la modalidad en la que era una de las mejores del mundo hasta su eclosión individual este 2024. Y para ponerle el broche a la campaña ha llevado a su país a la cima venciendo en la Billie Jean King Cup.
La número 4 de la WTA afrontaba su duelo ante Rebecca Skramkova con la tranquilidad de saber que Lucia Bronzetti había puesto por delante a las suyas, por lo que no tenía la presión de la necesidad. Sin embargo salió con todo ante una rival que estaba siendo de las más fuertes del torneo. Las dos jugadoras tenían claro que la prioridad era el saque y trataron de mantenerlo, algo que hicieron, hasta que en el quinto juego llegó el punto de inflexión. Ahí Paolini servía y casi pierde el juego, pero salvó dos bolas de rotura.
Esta situación límite la espoleó y aprovechó que su rival seguía recordando el momento para quebrarla y a partir de ahí sacar la artillería. El nivel de la italiana fue uno de los mejores que han visto esta semana de BJKC. Llegaba a todo, sacaba bolas imposibles y tenía mucha más potencia que su rival, que destaca por eso precisamente. Pero sin problemas se llevó el parcial la toscana, que ya se encaminaba a la consecución de un título que Italia ha ganado con esta cinco veces en el siglo XXI.
Y en el segundo parcial, más de lo mismo, Skramkova no era capaz de mantener el saque y muy pronto se vio contra las cuerdas, y aunque tuvo un conato de reacción recuperando un break inicial de su rival, fue solo eso, porque muy pronto se vio de nuevo abajo y no fue capaz de levantarse. El ritmo de bola de Paolini y la sensación de que la pusiera donde la pusiera iba a llegar hundieron a la eslovaca que acabó perdiendo por 6 a 1, y se quedó destrozada, llorando desconsolada en el banquillo mientras veía como sus rivales celebraban una gran victoria.