Hace justo un año, Garbiñe Muguruza jugaba su último partido ante la checa Linda Noskova, una de las tenistas destacadas en el reciente Open de Australia pero que entonces tenía que jugar la 'qualy' para participar en el cuadro final del WTA250 de Lyon. Cayó con claridad por 6-1 y 6-4. Fue uno de los cuatro partidos que jugó en 2023 y todos acabaron igual, con derrota. Tras un tiempo meditándolo, dos meses después decía basta y anunciaba su retirada momentánea del tenis.
La última vez que se le pudo ver fue en Málaga, en las Finales de la Copa Davis. La tenista vasca aprovechó que los mejores del mundo estaban presentes allí y se acercó a verlos. Allí ratificó lo que venía diciendo en los meses previos: que no echaba de menos el tenis. "Estoy haciendo planes que cuando disputaba el circuito no podía hacer", advertía.
Dos meses después de aquella aparición, para volver a ese circuito tendría que empezar de cero, como cuando todo se inició hace 15 años y ella apenas era cadete. La exnúmero uno del mundo se ha quedado sin puntos al no defender esa primera ronda de Lyon y desde esta semana no aparece en el ránking WTA.
A sus 30 años, Garbiñe Muguruza no descartó regresar en un futuro, pero es algo que, según señaló tras llevar unos meses parada, no estaba ahora en su "rutina". “A día de hoy no tengo ninguna intención de volver. Mi plan ahora mismo es dormir, descansar, estar con mis seres queridos, recuperar el tiempo perdido... No veo más allá de lo que hago hoy, mañana y esta semana. (...) No es una retirada en absoluto, pero sí he notado que este año debía tomarme un respiro porque echaba de menos realmente pasar tiempo con mis padres, con mis hermanos, recuperar un poco todas las cosas que me he perdido durante tantos años de carrera deportiva, ¿no? Estoy en ese momento y estoy muy contenta de haber tomado esa decisión, realmente lo necesitaba, ya está", señalaba en la revista Hola la segunda jugadora española en alcanzar la cúspide del tenis femenino tras Arancha Sánchez Vicario.
La marcha de Garbiñe Muguruza dejó un profundo hueco en el tenis femenino español que se agrandó cuando, apenas tres meses después, Paula Badosa tenía que parar por una grave lesión en la espalda que le tuvo en el dique seco toda la segunda parte de la temporada pasada. La catalana ha vuelto este año y dio esperanzas en el Open de Australia, pero esta semana se ha retirado de un WTA250 que se jugaba en Tailandia por molestias en la parte baja de la espalda, lo que ha dado la voz de alarma.
Tras la marcha de Garbiñe y la lesión de Badosa, no hay ninguna española entre las 50 mejores del mundo. La primera es Sara Sorribes, que ocupa el puesto 55 de la WTA. Tras ella, en el Top-100, están Cristina Bucsa (73ª), Paula Badosa (83ª) y Rebeka Masarova (86ª). Y sólo hay cuatro tenistas más entre las 100 siguientes.