El 2025 está siendo el año de Alejandro Davidovich. El tenista español lleva mucho tiempo como la eterna promesa del tenis español y un jugador con un talento por encima del que dicen los rankings y sus resultados, no obstante, poco a poco parece que se va desperezando y encontrándose a sí mismo. Tras varios varapalos en forma de finales perdidas en Delray Beach o Dallas, ahora afronta los torneos con otra cara, o al menos así se le ha podido ver en su estreno en el Masters 1000 de Miami, un evento que por sus características no le viene mal y en el que ha entrado a lo grande.
El malagueño tenía un rival de mucha entidad en la figura del alemán Jan-Lennard Struff, pero ha sido capaz de sacar su mejor tenis para imponerse, alargar su racha y hacer bueno el ranking, pues 'Foki' es el 39 del mundo, mientras que su rival de hoy ocupa la posición 49 de la ATP. No obstante, más allá de lo que dicen los papeles, la superioridad la ha mostrado donde toca, en la pista, ganando en dos sets, por 7-6 y 6-3, en apenas una hora y 30 minutos.
Tras un primer set igualadísimo, en el que ambos han podido mantener sus saques y ha tenido que llegar el desempate, donde ahí sí, ha podido más la seguridad del español, en el segundo ha sido diferente. Davidovich se ha crecido y ha conseguido un break tempranero que le ha permitido mantener el ritmo y con gran seguridad cerrar el partido sin sufrir, algo que muchas veces le pesa.
Ahora el nivel sube y mucho, pues próximo duelo de Davidovich en Miami Gardens será contra una de las grandes estrellas locales como es Frances Tiafoe, el decimoséptimo del mundo. El malagueño se ha medido en tres ocasiones a Tiafoe y solo ganó una de ellas pero es la más reciente: en los octavos de final de Acapulco en febrero de este año, aunque esto será otra historia.
Tiafoe no termina de cumplir con su potencial y si hay que destacar algo de él es muy fácil fijarse en su irregularidad, aunque en caso de dar con la tecla en el día del partido es capaz de ganarle a cualquiera. En ese sentido ambos son similares, pues si pecan de algo es precisamente de eso, de ser ciertamente 'guadianescos' y no terminar de mantener un nivel constante.