Antonio José Medina3 min lecturaDaniil Medvedev acostumbra a empezar con dudas en Australia para acabar siendo uno de los favoritos. De hecho, ya suma varias finales en Melbourne Park.
En la edición 2024 del Open de Australia ya se pudo ver eso en el duelo de segunda ronda ante el finlandés Emil Ruusuvuori. El tenista nórdico llegó a mandar dos sets arriba y tenía contra las cuerdas a un Medvedev que tenía la cara desencajada y se daba por perdido. Salvó un juego in extremis en el tercer set y todo cambió. Se llevó el partido finalmente para, a la postre, acabar siendo subcampeón del mismo en una final en la que fue a él al que le remontaron dos sets a favor.
En esta ocasión la pájara le ha llegado en el primer partido del Open de Australia 2025. A priori era un encuentro fácil. Ante un 'wild card' que es el 418 del mundo y que, salvo en verano -cuando más torneos hay-, con ese ránking no puede entrar directo ni en muchos ATP Challengers, el ruso casi se queda en el camino.
Kasidit Samrej empezó perdiendo el primer set, pero se rehizo en el segundo y se llevó el tercero ante un desesperado Daniil Medvedev. El ruso, que cuando no está a gusto suele perder los papeles en pista, no faltó a su cita con una de sus excentricidades. Esta vez la que lo pagó fue la red del Rod Laver Arena. Tras perder un punto que daba al asiático la opción de ganar el tercer set y ponerse uno arriba, Medvedev se volvió 'loco' y empezó a golpear la red, que había beneficiado a su rival en dicho punto. No sólo fue la red, con sus golpes también rompió la cámara que hay en ella.
Como también le ocurre a Djokovic en numerosas ocasiones, el número cuatro del mundo se rehizo y ese desahogo le sirvió para calmarse. En los dos últimos sets se mostró muy superior a Kasidit Samrej y sólo le dejó sumar tres juegos más. Daniil Medvedev acabó ganando por 6-2, 4-6, 3-6, 6-1 y 6-2. En la siguiente ronda le esperaba ya el joven Learner Tien, finalista de las NextGen ATP Finals 2024.
Ya más tranquilo en pista, el tenista ruso tuvo palabras de elogio para su rival y hasta bromeó con lo difícil que se lo había puesto al señalar que si jugaba así siempre "ya lo tendrá todo: dinero, chicas, casino...". "Deseo que juegue así de bien siempre, porque por momentos no supe qué hacer", admitía un Medvedev que se vio superado durante gran parte del encuentro, hasta que el cansancio puso las cosas en su sitio.