Felix Auger-Aliassime no llegaba en el mejor momento de su carrera al primer Master 1.000 de la temporada, pero su nombre sigue generando respeto a los que, hasta hace un año, veían a un joven que no parecía tener techo y que ya se codeaba con los mejores desde el Top-10. No era de los jugadores que te quieres encontrar en el segundo partido de un gran torneo. Pero esta vez, el que lamentó la suerte que había tenido era él, ya que aún se quiere menos tener enfrente a un Carlos Alcaraz que, si tiene su día, te arrasa.
Este domingo lo tuvo. El tenista murciano ofreció el nivel de los dos últimos sets ante Arnaldi y barrió por 6-2 y 6-3 al canadiense, en una hora y 17 minutos de juego, para meterse en los octavos de final de Indian Wells.
Alcaraz había perdido tres de los cuatro partidos en los que se había enfrentado a Auger, pero eso no fue obstáculo para que saliera a doblegarlo, sin complejos, y le pasara por encima.
El joven tenista español dio una exhibición de saque y de derecha, y apenas dio opciones al canadiense para meter baza y poder cambiar el partido. Firme con su servicio, sólo tuvo que esperar los errores del rival y algún 'break' para decantar el partido de forma rápida.
El primer set fue, simplemente, genial. Posiblemente, el mejor de Carlos Alcaraz esta temporada. El español superó a su rival en todas las facetas y llegó el momento en que Auger se bloqueó y empezó a fallar más de lo que acostumbra, facilitando el triunfo del murciano. Éste, además, comenzó la segunda manga rompiendo y, con ello, acabó con las esperanzas de un Aguer que, no obstante, resistió para al menos no llevarse a casa un resultado humillante.
Es una contestación a los que dudaban de Alcaraz, en especial tras su negativa gira suramericana, y señalaban comparativamente las victorias fáciles de Sinner en los últimos torneos.
Si ante Felix Auger-Aliassime, Alcaraz saldó una cuenta pendiente que aún tiene negativa, ahora le llega otro de los tenistas con los que pierde el cara a cara: el húngaro Fabian Maroszan. El tenista centroeuropeo dio la sorpresa el pasado año en el Master 1.000 de Roma al vencer a un Alcaraz que llegaba victorioso del Mutua Madrid Open. Aquella derrota no mermó la confianza del español, que luego hizo un gran Roland Garros y ganó en Queens y Wimbledon, pero quedó en el recuerdo. Hora de saldar otra cuenta. Y, de paso, acceder a unos cuartos de final de Indian Wells donde ya sí podrían llegar torres más altas.