Francisco Salas3 min lecturaEl mundo del tenis ha vivido en los cuartos de final del Open de Australia una nueva edición de la batalla que lleva años librándose entre el mejor jugador de la historia, Novak Djokovic, que con 37 años sigue buscando ampliar una leyenda que ya es infinita, y Carlos Alcaraz, que con 21 quiere coger el trono de nuevo dominador del deporte. En esta edición se han medido en el terreno de Nole, donde ha ganado 10 veces y justo en el único grande que le falta al murciano por conquistar. Y el desenlace ha sido demoledor, con una victoria en cuatro sets de Djokovic tras remontar, y que deja hundido a Alcaraz, que ya había cedido el duelo previo en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Cuando la leyenda de Belgrado está en una pista no se la puede dar por muerta en ningún momento, menos aún cuando parece que está tocando fondo. Y eso es lo que le ha pasado a Carlitos, que tras ganar el primer set y cuando dominaba en el segundo, ha visto como el serbio estaba muy tocado, sufriendo para desplazarse y con dolores, y ha bajado el pistón. Esto ha generado que se produjera una remontada que parecía imposible.
Tras el partido Djokovic ha revelado que si llega a perder el segundo set se hubiera planteado muy seriamente dejar de jugar, ya que no se veía para ello. Sin embargo, no parece que Alcaraz tenga tan claro que eso se hubiera producido, es más, ha afirmado en la rueda de prensa posterior al partido que no se cree estas palabras de su rival. "Yo creo que alguien que está pensando en retirarse en el segundo no hubiera jugado de la manera que lo ha hecho. No voy a entrar en detalles, pero no creo que se hubiera retirado”.
No obstante, el de El Palmar si que ha reconocido que no piensa que lo que estaba haciendo el serbio fuera un teatro, y que si se reenganchó al partido fue porque el se lo permitió con su bajada de nivel. "He sentido que estaba controlando el partido y le he dejado engancharse de nuevo, ese ha sido el fallo más grande. En el segundo tenía que haber jugado un poco mejor, empujándole más al límite".
Aunque no esconde que cuando se enfrenta a alguien mermado físicamente le cuesta mantener el mismo ritmo y tensión. "Al ver a alguien que le cuesta físicamente tu no juegas al mismo nivel. A priori va a ser más fácil, pero a la vez piensas en no hacer fallos, entonces no la golpeas igual que lo hacías antes".