Carlos Alcaraz ha perdido este jueves su primer partido en hierba desde 2022, y es que es el murciano, que había conseguido llevarse Queen´s y Wimbledon el año pasado, tenía el objetivo de repetirlo este 2024, además, llegando crecido después de ganar su tercer 'Grand Slam', Roland Garros. Pero las aventuras del murciano sobre el mítico pasto londinense se han acabado antes de tiempo, debido a que tras superar en la segunda ronda a Fran Cerundolo, en octavos se ha visto las caras con uno de los grandes especialistas sobre esta superficie, Jack Draper, reciente ganador en Stuttgart, y no ha podido con él. Sin embargo, pese a reconocer la dura derrota contra el británico, Charly tiene claro el otro gran motivo de haber caído de esa forma, y es una nueva regla de la ATP.
El español cargó contra la nueva regla del reloj de saque y dijo que es "una locura", que es "malo para los jugadores" y que hablará con la ATP sobre ello. Debido a que en los torneos de esta semana, Halle y Queen's, la ATP decidió poner a correr el reloj de saque cuando acaba el punto, no cuando el árbitro lo canta, lo que provoca que los jugadores tengan menos tiempo entre punto y punto. Normalmente, entre punto y punto, era el juez de silla el encargado de darle al botón para que empezara a contar el tiempo, lo que le permitía, si el punto había sido muy largo y duro, darle algún segundo más a los jugadores, pero con esta adición, todo el protagonismo es del reloj, un juez inflexible, que no permite sosiego.
"El juez de silla me ha dicho que es una nueva regla, el reloj nunca para, después de que el punto acaba empieza el reloj. Es malo para el jugador. Acabo el punto en la red y no tengo tiempo para ir a por las pelotas. No hablo de ir a por la toalla, no, no. No tengo tiempo ni para ir a las pelotas. Es una locura. Nunca lo he visto en el tenis". Alcaraz se mostró muy contrariado en la rueda de prensa posterior al duelo, y confirmó que no ha hablado aún con la ATP sobre esto, pero que lo hará. No ha sido el único en quejarse en estos días de la prueba, por lo que es muy probable que la organización deba dar marcha atrás, o al menos reajustar la norma, hasta encontrar un término medio que no perjudique a los jugadores.