Marko Marin emprende su aventura más arriesgada

El exjugador del Sevilla FC se despide con la Liga y la Copa húngaras y se mete a jefe de scouting

Marko Marin emprende su aventura más arriesgada
- Antonio J. Medina
Antonio José MedinaAntonio José Medina 4 min lectura
El paso de Marko Marin por Sevilla fue breve y, a su vez, intenso. Su llegada creó expectación, se ganó al sevillismo muy rápido y acabó firmando una de las humillaciones más conocidas de la historia del Sevilla FC cuando Unai Emery lo retiró en la final de la Europa League de Turín poco después de haberlo sacado al campo.

El futbolista alemán de origen balcánico llegó en 2013 a un equipo en reconstrucción, avalado por Emery, al que había vuelto loco cuando jugaba en el Werder Bremen, y en calidad de cedido por un Chelsea que había pagado 8 millones de euros por él un año antes. En Nervión sumó 30 partidos (1.500 minutos), con dos goles y siete asistencias como bagaje, y inicio espectacular ante el Slask Wroclaw, en su debut como nervinense, que dio esperanza a la afición. En ese encuentro de la previa de la Europa League anotaría sus dos únicos goles. Luego, poco más dio de sí.

Desde entonces su carrera fue en picado. Más cesiones a la Fiorentina, al Anderlecht y al Trabzonspor antes de que el Olympiacos le hiciera un 'favor' al Chelsea y pagara 3 millones por él en 2016. Pese a su 'descenso a los infiernos', su calidad seguía dando esperanzas y aún protagonizó dos traspasos más, al Estrella Roja en 2018 (700.000 euros) y al Al-Ahli saudí en 2020 (2,25 millones). Con los serbios cuajó uno de sus mejores años y llegó a jugar la Champions. Pero en Arabia tocó fondo y acabó cedido en el modesto Al-Raed.

Sus últimos meses los pasó en el Ferencvaros húngaro, al que llegó fuera del plazo de fichajes y no pudo por ello enfrentarse al Real Betis en Europa League, y con el que se ha coronado campeón de Liga y Copa en Hungría. Ha sido el colofón a su carrera. Tras finalizar esta temporada ha decidido colgar las botas y hoy era anunciado como nuevo jefe de scouting del Estrella Roja, un club donde sólo estuvo dos años, pero donde se ganó a la afición.


“No ha habido demasiado tiempo para conocernos. Vi la final de Copa y el ambiente era genial, como siempre. Ahora tendré tiempo suficiente para familiarizarme con este espacio de trabajo”, asegura Marin en su presentación, en la que avisó, ya está trabajando duro para hacer un equipo competitivo para la próxima temporada. "Estamos trabajando y buscando a los jugadores adecuados para este período de transición. Estoy ayudando al director general y estoy seguro de que todos estaremos satisfechos y que este período de transición será un éxito para nosotros”, agregó el jugador nacido en Bosanska Gradiska, República Srpska, una de dos las entidades que constituyen Bosnia y Herzegovina.

Incluso va más allá y se pone un objetivo: la Champions. "Espero, como toda la afición, que la temporada que viene nos clasifiquemos para la Champions League. Sería un gran éxito volver al lugar al que pertenecemos después de unas temporadas sin Champions League. Por supuesto, además, el objetivo es ganarlo todo”, afirmaba el internacional alemán, que comienza su aventura más difícil, muy diferente a lo que ha venido haciendo desde que empezó en el mundo del fútbol.