El Sevilla Fútbol Club se jugará su continuidad en la UEFA Champions League con un partido a puerta cerrada el 8 de diciembre en Salzburgo, una ciudad confinada, con el comercio y la gastronomía cerrados, y uno de los índice de contagios por COVID 19 más altos del mundo. Se puede calificar como una "encerrona" obligada por la evolución de la pandemia, lo que no permitirá que haya público en las gradas.Las restricciones económicas y de movimiento, que entraron en vigor el pasado lunes, se aplicarán en principio hasta el día 12 de diciembre, para intentar reducir los contagios, que se han disparado un 188% desde principios de mes.
La región de Salzburgo tiene actualmente una incidencia a siete días de 1.734, no sólo la más alta de Austria, sino también entre las más elevadas de Europa y el mundo.
En Andalucía, por ejemplo, está en 76,8 y en Sevilla en 62,9, 27 veces menos que en la ciudad austríaca.
En esas circunstancias, y bajo
el confinamiento que rige en toda Austria, el partido se jugará con el tendido del Red Bull Arena vacío de público.Fuentes del club explicaron que el equipo local todavía está preparando las medidas de control que se aplicarán a los jugadores y al cuerpo técnico de los dos contendientes para garantizar la seguridad del encuentro.
Tras imponerse al Wolfsburgo por 2-0 en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, los de Julen Lopetegui, terceros en el grupo G con 6 puntos, necesitan una victoria en el Red Bull Arena para avanzar a octavos.Además,
los sevillistas podrían quedar líderes en este grupo si el Wolfsburgo, último, vence al Lille, actual líder. 
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