Casi 29.000 personas lidiaron contra el frío y la lluvia para llenar de calor el Ramón Sánchez-Pizjuán, convertido en una olla a presión para que el Sevilla FC lograse un triunfo redentor en Champions League y acercase la continuidad. Un pase que dependerá de sí mismo, de lo que los hombres de Julen Lopetegui logren en Salzburgo dentro de dos semanas. De momento, tocará centrarse en LaLiga, afianzarse en los puestos altos, pero mirando de reojo la final de Austria en un Grupo G que parecía pan comido pero que se le ha atragantado al cuadro blanquirrojo.
Las caras de tensión de los futbolistas y técnicos, la explosión de júbilo con los goles y, sobre todo, con el pitido final de Cuneyt Cakir, reflejan la importancia de un encuentro vivido con emoción dentro y fuera del césped. La grada ayudó en los momentos cruciales, metiendo un plus de intensidad a sus hombres y asustando un poco a los alemanes, que apenas crearon peligro. El repaso a las instantáneas del duelo en Nervión redescubren su trascendencia.