Con el objetivo conseguido con cinco jornada de adelanto y un reto aún mayor en el punto de mira, el Sevilla FC se ha marcado como objetivo llegar lo más lejos posible sin renunciar a nada. Y aunque Julen Lopetegui va a seguir mirando sólo al próximo partido y nada le va a cambiar una forma de proceder que le da tan buenos resultados, sus jugadores sí tienen marcado en rojo el encuentro que dentro de dos semanas disputarán en Valdebebas ante el Real Madrid.
El cuadro madridista es el equipo que les precede en la tabla y arrebatarles la tercera plaza, al menos, les aseguraría el premio de consolación de poder disputar la próxima Supercopa de España en Arabia Saudí. Y el importante ingreso que ésta significa.
Sin embargo, antes llega el partido ante un Athletic de Bilbao que volverá a Sevilla por quinta vez en lo que va de año, que ya parece haber olvidado su fiasco copero y que, como demostró ante el Atlético, está con ganas de dejar un buen sabor de boca en este año historico para ellos.
No será a priori un partido cómodo. El Sevilla tendrá que ir con todo y corre un riesgo importante. Casi toda su defensa titular está apercibida de sanción. Las amarillas que vieron Acuña -en el absurdo e inexplicable penalti- y Koundé en los cinco últimos minutos de partido ha colocado a ambos a una sola tarjeta de cumplir ciclo. Una situación en la que ya se encontraba Jesús Navas, que sigue apercibido.
Con el duelo ante el Madrid en el horizonte, cualquier baja sería importante, sobre todo porque tanto los laterales sustitutos (Escudero y Aleix Vidal) como el central que supliría a Koundé (Sergi Gómez) acaban de salir de lesiones y les falta continuidad.
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