Corría el minuto 53 de encuentro en el Camp Nou cuando
Aleix Vidal se quedaba literalmente clavado ante un regate de
Pedri, que se marchó (nunca mejor dicho) como Pedro por su casa por la línea de fondo para generar una nueva ocasión de peligro para el
Barça, que aún se quedaba corto (1-0) en su amago de remontada ante el
Sevilla FC, completada al filo del tiempo reglamentario y luego en la
prórroga. El carrilero confesaba de manera coloquial que el pinchazo en los
isquiotibiales no tenía buena pinta: "Me he roto, hermano". Compañeros, rivales y el colegiado actuaron, entonces, como resignados cómplices en su dolor
físico y emocional.
Y es que el ex del Almería confirmó la
maldición que sufren esta temporada los laterales nervionenses. De hecho, era el que faltaba por caer de los cuatro ocupantes naturales de esa posición, que han cubierto de manera coyuntural
Koundé,
Rekik (12 veces, más que como central, sólo 4) y, cuando el dibujo con tres centrales exigía carrileros, también
Ocampos. El holandés de origen tunecino es, de hecho, el único de ese septeto que no ha tenido que lamentar por el momento contingencias físicas. Todo un logro, visto lo visto.
En el costado diestro de la zaga oficiaron el teórico titular,
Jesús Navas, y Aleix (también actuó a pierna cambiada contra el Madrid), aparte de un Jules que ejerció en un par de citas de Champions y que fue víctima del coronavirus (se perdió dos encuentros por ello). También Ocampos, improvisado carrilero en varios momentos por ambos perfiles y que acaba de regresar de una lesión importante de
tobillo que sufrió frente al
Getafe y que le privó de cinco compromisos. El palaciego, por su parte, arrastró molestias musculares y un bloqueo en la
cadera que le ha sacado de manera intermitente de los planes de
Lopetegui por sus recaídas contra
Eibar, Real Sociedad y Valencia. Se perdió nueve encuentros, algunos por simple descanso, pero el míster ha confiado siempre en su criterio cuando quiso
reaparecer.
En la izquierda, la suerte tampoco ha acompañado a los sevillistas.
Acuña acaba de regresar después de más de un mes K.O. por un desgarro en la tibia que aconteció en Ipurua y que le ha hecho ausentarse de nueve encuentros. Contra
Osasuna, tuvo que retirarse y quedarse en casa, faltando a una llamada de la
Albiceleste, para recuperarse y forzar contra el
Celta, debiendo, nuevamente, marcharse antes de tiempo para permanecer dos encuentros fuera.
Escudero, lesionado en el codo durante la visita al
Krasnodar, se ha pasado 74 días (21 encuentros) en el dique seco.