El
Sevilla FC ha hecho oficial en la tarde de este viernes la contratación de Yassine Bounou,
Bono, que se ha convertido en el
cuarto fichaje confirmado para la
20/21, tras los de
Suso -había obligación de compra en la cesión pactada con el Milan-,
Óscar Rodríguez y Rakitic. El meta marroquí, que firma hasta el 30 de junio de
2024, llega procedente del
Girona y, según
Monchi, en una operación que "no tiene nada que ver" con la opción recogida en su préstamo, consistente en el pago de
cuatro millones de euros, más otros 500.000 por objetivos.
Sea por eso o por algo menos, el caso es que Bono es ya un miembro de pleno derecho en el plantel que volverá a adiestrar Julen
Lopetegui, presentando una seria competencia para
Vaclík, al que se suplió de manera brillante durante su lesión en la recta final de la campaña 19/20, firmando actuaciones determinantes (penalti detenido a Raúl Jiménez, de los
Wolves, incluido) tanto en
LaLiga como, especialmente, en la fase final de la
Europa League, conquistada brillantemente por el conjunto nervionense en tierras alemanas. Según 'Diario de Sevilla', el retraso se ha debido a que el
Atlético de Madrid tenía un
derecho de tanteo que, a la postre, no ejerció.
"Para mí es una alegría
enorme seguir aquí; muy ilusionado, como siempre. Teníamos todos claro lo que queríamos y sólo dependía de la
negociación. Por suerte, todo salió bien, por lo que, ahora, a ponerse el mono de trabajo de nuevo", confesaba el cancerbero en SFC Radio, donde repasó su primer curso como sevillista: "Desde el primer día, me he sentido
como en casa. La gente del club, los jugadores, la afición... Todos me transmitieron muy buena onda. Siempre sentí ilusión y responsabilidad". Sobre su papel
decisivo en la UEL, añadió: "La verdad es que, cuando vuelves a ver un poco todo, te das cuenta de que lo que logró el equipo fue impresionante. Volvemos con la
responsabilidad de mantener al club en ese nivel que demostró en la 19/20".