Paulo Henrique Ganso (30) es un futbolista supertalentoso, con una capacidad técnica pocas veces vista y capaz de hallar espacios donde el resto únicamente ve piernas. Pero Ganso también es
un futbolista de otro tiempo: de cuando se jugaba a otro ritmo, de cuando apenas había rigidez táctica y de cuando
iba a robar únicamente quien no estaba capacitado para crear.
Hoy en día, viste
la obsesiva moda presionar alto y morder tras la pérdida, para evitar así que el rival transite con espacios y, al mismo tiempo, poder robar lo más cerca posible del marco rival. Se valora más al guerrero que al artista, hasta el punto de que
se ha llegado a prescindir del 'diez' para que todos sean 'cincos'.
Paradójicamente, en el
Sevilla FC de Jorge Sampaoli se le exigía a Ganso que robara tanto como pivote, pero a éste nadie le pedía que diese tantos pases de gol como el brasileño, que
correr corría, pero más para aparentar que para cortar. Realmente, a él le gustaba moverse para procurarse el mejor sitio posible para
recibir, poder girarse y dejar solo a un compañero. Si la tocaba cerca del área, siempre pasaba algo. De hecho,
sus estadísticas eran incontestables, si se atiende a los tantos que dio y que hizo.
Marcos Alonso, efectivamente, también de otros tiempos, tomó con el 'gemelo' griego de Ganso,
Vassilis Tsartas, una decisión bien distinta, dejándoselo bien claro a los compañeros que se quejaban de que el heleno no defendía:
"¿Alguno de vosotros es capaz de hacer y aportar lo que Vassilis en ataque? Entonces, no quiero volver a escuchar a nadie más quejarse de que no defiende".
Mariano Ferreira, ex del Sevilla FC a quien ahora quiere curiosamente Sampaoli para el
Atlético Mineiro, ha dado su particular explicación (en
ESPN) sobre por qué su talentoso compatriota no triunfó en Nervión: "Desde que llegó Unai Emery, el Sevilla se convirtió en un equipo muy intenso, y con Sampaoli eso aumentó aún más. Ganso llegó con gran expectativa, e incluso Sampaoli había pedido su fichaje, pero
sabemos que su ritmo es más pausado; entonces, fue eso por lo que para mí perdió espacio. Sabemos de la calidad que tiene, pero por desgracia no le fue bien.
Los clubes en Brasil jugaban para Ganso, y en el Sevilla no fue así".
Igual,
si el Sevilla de Sampaoli hubiese jugado para Ganso como el de Marcos Alonso para Tsartas, otro gallo le hubiese cantado al brasileño, quien, como
Franco Vázquez, es de esos jugadores con
seguidores y detractores a partes iguales. Seguramente,
el ritmo del fútbol europeo no es para él, aunque
tampoco él necesitaba moverse al ritmo del resto para destacar, pues la que ha de moverse rápido, al fin al cabo, es la pelota, y
él la hacía correr como nadie.