El
Sevilla FC tiene un
problema ante el gol evidente, siendo discutible si responde más al supuesto bajo nivel de sus delanteros o si tiene que ver con la pobre manera de atacar del equipo,
generalmente entregado a las carreras por la banda derecha de Jesús Navas y Lucas Ocampos.
Con un gran sector de aficionados y Prensa
pidiendo la llegada de algún fichaje para la vanguardia, ante los raquíticos números ante la portería rival de
De Jong, Chicharito y Dabbur, llama la atención que haya
dos exdelanteros nervionenses actualmente luchando por la Bota de Oro.
Uno de ellos, incluso, es el que tiene
mayor puntuación (38) en esta particular tabla, empatado con
Robert Lewandowski (Bayern Munich). Se trata de un
Ciro Immobile (SS Lazio) que, tras firmar un doblete ante el Brescia, suma ya
19 goles en 17 partidos en la Serie A (21, en total), además de
cinco asistencias.
El otro ex del Sevilla que se encuentra entre los 10 más certeros, concretamente el octavo, es
Wissam Ben Yedder (AS Monaco), tras haber hecho
13 dianas en 16 partidos de la Ligue 1, al margen de haber regalado otros cinco.
Obviamente, atender a sus números arregla poco por Nervión y ambos salieron del club en su momento por motivos de peso, aunque distintos. El italiano,
con Gameiro y Llorente por delante, se cansó de estar sentado en el banquillo y la grada y regresó a mitad de temporada a su país, tras no haberle ido bien antes tampoco en la Bundesliga, con el
Borussia Dortmund, lo cual, además,
permitió al Sevilla recuperar la inversión que había realizado meses antes, al no haberse devaluado.
Al franco-tunecino, mientras,
le quedaban dos temporadas de contrato, pero
tenía decidido marcharse (lo dijo incluso públicamente),
se acercaba a la treintena y era
una de las escasas vías que tenían en la entidad hispalense para recaudar dinero y poder conformar una plantilla prácticamente nueva para ponerla a las órdenes de Lopetegui.
El problema, seguramente, no es que se fueran, como se despidieron de Nervión otros 'killers' muchas veces; el problema es que los que han llegado no están haciendo goles.
Lo que aún no está claro del todo es por qué.