Lucas Ocampos ha tardado muy poco en justificar los 15 millones que el
Sevilla pagó por él en verano. Sus actuaciones con el conjunto nervionense y con la selección argentina han provocado un aluvión de comentarios positivos sobre el que se presenta como uno de los fichajes del año.
Con 24 años y un margen de mejora tremendo, no es de extrañar que en
Francia anden preguntándose cómo es posible que el Olympique le dejara salir sin oponer una gran resistencia. Quien se está llevando más palos, como es normal, es
Andoni Zubizarreta, máximo responsable deportivo del equipo francés. Su situación en
Marsella no era la mejor y el hecho de que una de sus ventas esté destacando fuera tampoco le ayuda a ganar crédito.
Lo cierto es que el propio
Ocampos manifestó en su día que no tenía demasiadas intenciones de abandonar al equipo marsellés. Pero al no encontrar voluntad en su exequipo de renovarle y al aparecer el
Sevilla acabó tomando la decisión de salir. Monchi maniobró para ficharlo por 15 kilos y en
Francia se preguntan si no será una operación de la que se arrepientan durante mucho tiempo.
Para
Ocampos la jugada no ha podido salir mejor. Ha encontrado en
Sevilla la horma de su zapato. Un equipo competitivo con el que aspirar a todo y que, de momento, ya le ha abierto las puertas de la albiceleste, una de sus mayores metas como profesional.
Adaptado desde el primer día,
Lopetegui le ha dado galones y él los ha asumido con naturalidad. Fue de los más destacados desde que comenzó el trabajo en pretemporada y lo ha ido confirmando con el paso de los partidos.
El extremo ha regresado con la moral por las nubes después de su estreno triunfal con
Argentina y desde ayer trabaja para ser titular ante el
Levante y seguir dándole la razón al
Sevilla... y quitándosela al
Olympique.