Se da por hecho que el Sevilla FC tiene que ganar en Huesca. "Y es así", dirán los aficionados nervionenses. Lo demandan el palmarés de ambos, sus muy dispares presupuestos, la diferencia de talento entre plantillas o la clasificación histórica.
Lo de la necesidad ya es según se vea, aunque tanto Francisco, colista, como Machín, en el centro de la crítica, pensarán que tienen toda la del mundo y más.
El caso es que, si se atiende a lo que han hecho oscenses e hispalenses en lo que va de año (dos meses ya), podría decirse que los locales tienen muchas más papeletas para ganar. Y es que han sumado desde las uvas
más del doble de los puntos (11) que los blanquirrojos (5).
Es más, si LaLiga hubiese comenzado en enero, el Huesca estaría
a sólo tres puntos de la Europa League, mientras que el Sevilla estaría 18º. O, lo que es lo mismo,
en puestos de descenso, pues los nervionenses
han ganado un partido (hace un mes), han empatado dos y han perdido cinco.
Así las cosas, queda claro que sobre el césped al final
no importan los presupuestos ni los escudos. Los de Machín están avisados: si no lo hacen bien, seguramente también se vuelvan salgan vacío del estadio de un colista que en 2019 está demostrando estar muy vivo.