Él decía sentirse bien, pero no era complicado apreciar desde la grada que a
Joris Gnagnon le sobraban varios kilos cuando llegó al Sevilla FC. El zaguero francés, consciente de ello, no tiene reparos en hablar de un problema que ya le perseguía en el Rennes y que dice tener ya controlado.
Curiosamente, sin hacer dieta... Rescatamos, por su interés, casi la totalidad de la entrevista que ha concedido el zaguero galo a
France Football:
- ¿Cómo se encuentra de la lesión?- Estoy mejorando. Tuvo una lesión en el muslo. Me recupero poco a poco. Estoy en la recta final. Todavía me quedan una o dos semanas para reaparecer. Creo que podría regresar tras la vuelta ante la Lazio.
- Le llegó en su mejor momento. Hizo un partidazo ante el Atlético.- Totalmente. Estaba empezando a coger nivel. Tuve suerte de jugar ese partido porque había varios lesionados. El entrenador confiaba en mí. Te diré la verdad… no fue fácil. Fue mi primer partido ante un gran equipo europeo. Sabía que iba a enfrentarme a Griezmann y compañía. Era necesario estar listo, demostrar que puedo crecer en este equipo.
- ¿Había presión?- Un poco, antes, pero tan pronto como entro en el campo me centro en el juego. Antes, interiorizas. Ves un montón de vídeos de cómo juegan y ves que son superbuenos arriba. Te preguntas cómo detenerlos. Apuntamos el nombre de Griezmann. Recibí la ayuda de Carriço y Navas, y todo salió bien.
- Su comienzo, tras la derrota ante el Getafe, fue difícil...- Vi mi primer traspaso (15 millones de euros), llego a un gran club y tengo la oportunidad de jugar muy rápido, contra el Getafe. Después de aquel partido estuve un tiempo sin aparecer por los planes del entrenador, pero sólo puedo culparme a mí mismo. Sabía que había perdido con aquella actuación. Estaba esperando tener una segunda oportunidad y que fuese bien. Y así fue.
- ¿Cómo lo encajó durante ese tiempo?- Simplemente, no me hundí. Pensé que el entrenador había visto algo malo en mí que no era cierto y me esforcé en demostrárselo. Sabía que se acercaba el momento. Por eso me las arreglé para hacer ese partido ante el Atlético.
- Durante ese período, ¿habló con su entrenador?- Machín habla mucho con nosotros. Él me alentó. No me sentí apartado. Vi que estábamos a un nivel muy alto. LaLiga es muy complicada. Va mucho más rápido que la Ligue 1. El cambio es importante. Se ve la grandeza del club en pequeños detalles.
- Cuando tienes 22 años y te ves en club así, ¿te das cuenta de que debes tener cierto nivel de preparación personal?- Sabes que tuve un pequeño problema en el Stade de Rennes con el peso (tuvo que perder 13 kilos). Eso me penalizó al final. Cuando llegué a Sevilla, me lo dijeron enseguida. Me explicaron que me sentiría mejor en el campo y lo entendí directamente.
- ¿Qué le pidieron?- Yo ya me sentía bien, así que pregunté qué debía hacer para que fuese aún mejor. Y entonces empecé a perder...
- ¿Qué cambiaste?- No me puse a dieta, pero sólo bebo agua. Y me voy a la cama antes. Y viene solo...
- ¿Te resulta complicado?- ¡No lo es, porque es para mí! Además, te gusta cuando ves los resultados. Y quieres más, continuar continuar.
- ¿Te ha marcado el hecho de estar destacando este problema de peso aquí?- Francamente, no. Hablamos de eso desde que estaba en la Ligue 1 y sabía que debía hacer algo al respecto.
- Cambiando de tema, ¿quiénes son los líderes del vestuario?- Hay muchos. Siempre hablan Banega, Escudero, Navas, Kjaer... Cuando llegué, era difícil para mí, al no dominar el idioma, pero hoy ya lo disfruto.
- Imagino que la presencia de jugadores que hablan francés le habrá ayudado...- Estaban Ben Yedder y Amadou. Luego llegó Gonalons. Kjaer también habla francés… Me lo hicieron fácil, pero, aun así, hablamos en español con el entrenador.
- ¿Cómo lleva su español?- Bien, al 75%.
- En enero se habló de la posibilidad de que regresase a Francia...- Sí. No era mi deseo. No me veía saliendo después de cuatro meses, cuando sentía que me estaba adaptando bien. No tenía interés en volver, incluso si se hubiese podido concretar algo.
- ¿De verdad?- Había muchos clubes franceses que me quería, pero el Sevilla no estaba muy decidido a dejarme ir.
- ¿Y ahora?Mi objetivo es seguir trabajando y regresar cuanto antes. El entrenador sabe que no es fácil para mí. Pero no soy el tipo de jugador que se enfada en los entrenamientos. No es lo mío. No se me puede culpar de eso... Me gusta el fútbol, me apasiona. Y eso quiere mostrar al entrenador.
- ¿Le gusta la vida en Sevilla?- Es una gran ciudad. Es un cambio grande respecto a Bretaña, donde siempre llueve. Aquí hace siempre un clima caluroso.
- El jueves tenía usted otro partido importante... El disputado entre Rennes, su anterior club, y Betis, su máximo rival ahora.- Iba al 100% con el Rennes.
- Si dice lo contrario, los aficionados del Sevilla no tardarán en hacerle la cruz...- (Ríe). El Rennes hizo un buen partido. Desafortunadamente, es cierto que el Betis tiene un buen equipo. Se las arreglaron para empatar. La vuelta será complicada. El ambiente es fuerte, pero nunca se sabe.
- Imagino que entendió rápido la fuerte rivalidad que existe entre Sevilla y Betis.- La rivalidad es muy fuerte. Es u derbi apasionado. Conocí la del Rennes y el Nantes en Francia, pero lo de aquí no tiene nada que ver. ¡No puedo ponerme nada verde para salir a comer o tomar algo a la calle! ¡No te puedes descuidar!