No son pocos los casos de agravios al comparar los arbitrajes de los grandes con los que sufren el resto de equipos terrenales. Y en Nervión, en los últimos tiempos, tienen motivos para mirar con especial recelo al Barça. Tanto por lo sucedido en sus enfrentamientos directos, con el 'penalti' de Promes sobre Messi en la vuelta de la Copa fresco en el recuerdo, como por el distinto rasero utilizado ante actos similares, aun en partidos distintos.
En el último encuentro de 2018, el Sevilla se quedaba con un hombre menos en el descanso de su visita al Leganés después de que Franco Vázquez le dijese "caradura" al árbitro en el túnel de vestuarios, por lo que le cayeron dos partidos de sanción.
En el último Clásico, sin embargo, el azulgrana Luis Suárez sólo fue amonestado por "hacer gestos hacia mí golpeándose la cara con la palma de la mano", tal y como reflejó en el acta Mateu Lahoz.Muy diferente castigo, por tanto, para el mismo menosprecio, sea de palabra o gestual.