"Por la derecha, el
Sevilla nos hizo mucho daño", dijo
Diego Pablo Simeone en sala de prensa después de que su equipo firmara un empate a uno en el
Sánchez-Pizjuán ante un
Sevilla que se marchó con una sensación agridulce, sabedor de que habían contado con opciones de haberle metido mano a todo un rival directo como el conjunto colchonero, segundo en la tabla: "No pudimos controlar de la mejor manera la velocidad de
Jesús Navas".
Y es que el palaciego abrió un verdadero filón por su costado en el sistema defensivo de un aguerrido
Atlético de Madrid, siendo incapaz
Saúl Ñíguez de plantarle cara y requiriendo, además, la ayuda de un
Lemar que acabó siendo sustituido, pues su apoyo en el costado resultaba insuficiente.
Hasta a tres jugadores encargó
Simeone la tarea de ocuparse de
Navas, siendo
Koke, en la segunda mitad, quien intercambió su posición con
Saúl, plantándole algo más de cara al de Los Palacios, que, no por ello, dejó de firmar
una actuación sobresaliente, siendo el futbolista del Sevilla que más pases al área colgó con diferencia, doblando al segundo que más; un
Roque Mesa que protagonizó cinco balones a la olla, por los once de
Jesús Navas.
Junto a ello, un 79 por ciento de acierto en el pase, siendo 69 los intentos totales, amén de los cuatro balones largos que protagonizó. Así lo resumía
Koke tras su particular lucha con él: "Jesús es un grandísimo futbolista. Lleva mucho peligro, velocidad y capacidad de desborde".