Jonas Vingegaard sigue mantiendo en vilo al Tour de Francia esperando una respuesta diferente a lo mostrado hasta ahora. Y, al mismo tiempo, a los organizadores de La Vuelta a España.
Si al Giro de Italia no pudo acudir al estar recuperándose de todas las lesiones que se produjo en su aparatosa caída en La Vuelta al País Vasco, ahora todo indica que tampoco participará en La Vuelta. Y el motivo no es otro que uno de carácter familiar.
Según ha desvelado el diario As, el ciclista danés espera ser padre de nuevo para esa fecha y su participación en la misma está en el aire: “Ahora está concentrado al 100% en el Tour, no piensa en después”, recalca una fuente de su equipo a dicho medio.
La salida está prevista para el próximo 17 de agosto en Lisboa y Jonas no quiere que su el nacimiento de su segundo hijo le pille compitiendo, como le ocurrió en el Tour 2023 a Wout van Aert, quien se marchó a mitad de carrera.
Mientras tanto, van pasando las jornadas en el Tour de Francia y Vingegaard sigue con su calculadora y conservadora estrategia. Es cierto que apenas ha podido prepararse y que no debe correr riesgos innecesarios, pero sorprendió a todos en la novena etapa, cuando estaba en una situación favorable junto al esloveno Tadej Pogacar y prefirió no sacar ventaja con el resto de los pretendientes al podio.
"El objetivo era no perder tiempo", señaló el ganador de las dos últimas ediciones, que sufrió dos pinchazos y corrió buena parte de la etapa que se desarrollaba sobre caminos sin asfaltar sobre la bicicleta que le prestó su compañero esloveno Jan Tratnik.
La táctica del danés le valió los reproches de los otros dos integrantes provisionales del podio. Pogacar, que le distancia en 1.15 minutos, le afeó que no colaborara para distanciar a los otros rivales: "Los Visma sólo me miran a mí y subestiman a los demás, creo que lo pueden pagar. Les puede salir caro. Creo que si no hubiera habido órdenes de equipo habría sido diferente. Él (refiriéndose a Vingegaard) tenía compañeros en el pelotón, pero solo piensan en mi rueda, no en la de Remco o la de Primoz”".
Otro de los que no entendió su decisión fue el belga Remco Evenepoel, segundo a 33 segundos del líder, también consideró mala la "táctica defensiva" del danés, que podía haber aprovechado una fuga junto a él y a Pogacar para dejar el podio cerrado: "Creo que Tadej y yo no estábamos contentos con eso porque pienso que quizás el podio del Tour podría haberse decidido ya hoy. Tenemos que aceptar las tácticas y las situaciones de carrera, pero a veces también hay que tener pelotas para correr. Desgraciadamente, Jonas no las tenía hoy".
Mientras tanto, en el equipo de Vingegaard no podían ocultar la satisfacción de haber superado un test difícil para ellos sin haberse dejado tiempo. El danés no es un especialista en este tipo de terrenos pedregosos y, a diferencia de Pogacar, que ha ganado este año la Strade Bianche, no había reconocido la etapa.
El objetivo de Vingegaard era claro: superar las primeras jornadas con el mínimo de coste en tiempo para ir recobrando en carretera la forma tras su accidente. Y lo está consiguiendo. La distancia con Pogacar (1.15) se debe al descenso del Galibier, donde el danés sabía que no podía arriesgar, y a la contrarreloj, donde era evidente que, debido a estado de forma, no competiría en igualdades condiciones.