El golf vive en un momento de zozobra, causado por la aparición del circuito saudí LIV, que a base de gastar dinero en fichar a grandes estrellas, ha sacado del PGA, el circuito americano e histórico dominador, a muchos de los grandes nombres que lo habitaban. Empezó quitándole a piezas de no tanta importancia o en el ocaso de sus carreras, como Phil Mickelson o Dustin Johnson, o a promesas del golf amateur como el español Eugenio López Chacarra. Sin embargo una vez se asentaron se fueron a por los grandes, firmando a Jon Rahm como buque insignia, y lanzando una megaoferta por Rory McIlroy, que el norirlandés aún no ha aceptado.
Pese la marcha de estos al oro saudí no cejó en el dominio en todas las grandes citas de Scottie Scheffler, que demostró en Augusta que no está nadie cerca de él, más aún con un Rahm que ha acusado esta falta de competitividad semana a semana, y en los grandes -la única ocasión en que se juntan-, no se está acercando al nivel del americano. A otros como DeChambeau no les afecta tanto, pero al de Barrika sí, tanto que ha caído al quinto puesto del ranking mundial.
Pero esta caída de nivel puede haber sido puntual, y ahora tendrá la oportunidad de darle la vuelta a la situación en estos meses, donde se disputan los tres majors, el primero de ellos el PGA Championship del 16 al 19 de mayo, más tarde el US Open en junio, y en julio, el British Open. Aquí se volverán a medir y comprobar si la diferencia es tan abultada como se vio en el Masters, o por el contrario se parece más al 2023, uno de los años más igualados del golf en este siglo.
Por lo pronto el Abierto de Estados Unidos va a contar con una presencia inesperada, la de Tiger Woods. El californiano estará del 13 al 16 de junio buscando una corona que ha conseguido tres veces, la última en 2008, y lo hará frente a Rahm, Scheffler y el resto de 'capos'. El motivo de la sorpresa es que a Woods se le había acabado el año pasado la exención que se le concedió tras ganar en Augusta en 2019 y que le permitía jugar los majors durante cinco.
Pero aunque no le correspondía, el campeón de 15 grandes ha recibido una invitación para participar en la prueba que en esta edición se celebra en Pinehurts. Se la primera vez que acude a un torneo de estas características invitado, y aunque no sea de la forma usual, va a tratar de ser protagonista. "Me siento honrado de recibir esta exención y no podría estar más emocionado por la oportunidad de competir en el US Open de este año, especialmente en Pinehurst, un lugar que significa mucho para el golf", declaró un agradecido Tiger.