Con cuatro medallas en el bolsillo, el oro de Ana Peleteiro, la plata del relevo y los bronces de Lester Lescay y Paula Sevilla, la selección española de atletismo aterrizó este lunes en Madrid procedente de los Países Bajos, donde se ha disputado el Campeonato de Europa en pista cubierta.
La gallega, cabeza visible de la expedición y su deportista más mediática, aseguraba haberse olvidado ya del logro conseguido en Apeldoorn, ya que está pensando en su "siguiente objetivo", que no es otro que el Mundial en pista cubierta de Nankin (China), que se celebra del 21 al 23 de marzo próximos. Apenas tendrá cuatro días para prepararlo antes de viajar a tierras asiáticas, donde pese a las molestias que ya notó durante su competición en los Países Bajos, aspira a ganar una nueva medalla para España.
"Cada vez que consigo un título o gano una medalla lo olvido rápido. La medalla, una vez más, se quedará en casa de mis padres y yo me enfocaré en el siguiente objetivo, que es el Mundial, porque creo que las oportunidades se pintan calvas, y este Mundial es una muy buena oportunidad y quiero aprovecharla", aseguraba la española, que ya tendrá enfrente a su amiga y rival Yulimar Rojas, aunque recién salida de una lesión y como se ha podido ver en su reaparición, muy lejos de su mejor forma.
"Una vez más he sacado ahí esa garra que creo que ya puedo decir que me define un poco y he conseguido hacer un gran campeonato. Me ha quedado la 'espinita' de ese primer salto que era muy largo, pero, bueno, me lo guardo para China", aseguraba una Peleteiro que daba más valor al oro logrado por cómo había llegado a la competición. "Estoy muy tranquila, también la experiencia hace que disfrutes estos momentos con más calma y desde el sosiego. Estoy muy feliz, pero sin poder desconectar porque en breve tengo el Mundial y hay que seguir enfocados", concluía la atleta gallega, que sólo podrá ver unos días a su hija, como ha lamentado públicamente.
El otro saltador laureado es un Lester Lescay que se estrenaba como español y que ganó el bronce... cojo. El saltador español hizo el salto que le dio la medalla al principio y ya no logró hacer ninguno más. De hecho, tras liderar la prueba durante todas las rondas, al final, cuando se vio superado en la última ronda por dos rivales, rechazó saltar y tratar de llevarse el oro. Simplemente, porque no podía. "El día de la final iba como que a ver qué pasaba, más que todo por la molestia. Incluso en el calentamiento, cuando estaba trotando, estaba súper cojo. Le dije al médico que me infiltrara para, aunque sea, no sentir la sensación. Y nada, el reto es historia", admite el atleta nacido en Cuba y nacionalizado español recientemente.
"Nos crecimos cuando teníamos que crecernos. Dimos unos saltos que fue lo que podía, más o menos, y nada. Me sentía un poco como en desventaja con los rivales. Al final con un salto se resuelve y este fue el caso. (...) Yo no competí como que me gustaría. Pero así son los campeonatos. Hubo gente que supuestamente estaba más preparada que yo y que había saltado más que yo. Pero bueno, nada, ese día el bronce fue mío", festejaba un Lescay que, dos semanas antes del Europeo "no sabía si podía ir" por su lesión.