Carolina Marín no puede estar más agradecida con el cariño que está recibiendo desde todos los rincones de España tras su enésimo varapalo en la vida. Una nueva e importante lesión de lesión le dejó sin saborear metal alguno en París 2024 y le obligó a salir en silla de ruedas del pabellón. Y, cuando hace un mes de su operación, ha hecho balance de todo lo vivido y ha mirado con optimismo lo que le queda por vivir.
Lo ha hecho en una entrevista concedida a la agenda EFE, y la jugadora de bádminton onubense se ha 'desnudado' completamente y ha hablado de sus miedos y sus aspiraciones. Y, sobre todo, de las muestras de afecto que está recibiendo tanto de los niños como de los adultos.
"Hacía casi 18 años, desde que llevo en Madrid, que no pasaba más de una semana en mi casa, en Huelva con mi familia y mi gente. Obviamente, yo lo he notado, porque lo he echado mucho de menos. Ha sido todo abrumador para mí porque he tenido mucho cariño en uno de los peores momentos de mi carrera deportiva, tanto físicamente, obviamente por la rodilla, pero sobre todo mentalmente. Toda mi familia y algunos amigos me han arropado, me han dado todo el cariño que ellos me transmiten y sobre todo me han devuelto la sonrisa que yo pensaba que me iba va a costar un poquito más sacarla", ha comenzado recalcando la deportista andaluza.
Cuestionada por su estado físico actual y por sus metas, ha sido rotunda: "El médico me dijo que hasta las seis semanas no podía empezar a apoyar la pierna. Ahora mismo estoy en un momento en el cual no tengo ninguna prisa, quiero tomarme esto con mucha paciencia, no pienso en bádminton ni quiero pensarlo porque lo tengo totalmente apartado y ya tendré tiempo para pensar en ello. Ahora mismo es marcar los tiempos que el médico que me operó me ha dicho, ir poquito a poco con mi fisio moviendo las cicatrices y empezando a doblar las piernas, y cuando pasen las seis semanas ya empezaré con una preparadora para hacer la rehabilitación, empezar a coger musculatura, y sobre todo, empezar a caminar".
Sobre el momento de la lesión, también se ha sincerado: "Yo cuando salí a pie de ese pabellón, me fui directamente al vestuario donde me estaba esperando mi equipo e incluso mi madre, que también la pudieron llevar allí. Yo me eché a llorar a las piernas de Fernando y mis palabras fueron "no puedo más", no puedo más porque ya superé dos lesiones en cinco años, he superado la pérdida de mi padre y ahora una tercera lesión".
Sin embargo, su retirada tiene muy clara cuál será. Al menos, a día de hoy: "Me quiero retirar una pista de bádminton, pero también es cierto que no me marco ningún tiempo. No quiero tener ninguna prisa, como por ejemplo, he tenido las dos anteriores de volverlo antes posible, no. A día de hoy, si te soy sincera, ni quiero ni pienso en bádminton. Lo quiero dejar un poquito de lado, quiero vivir el día a día, quiero dedicarle el tiempo que la pierna necesite y también sobre todo quiero vivir otro tipo de cosas que al final el deporte no me ha dejado vivir".