Antonio José Medina3 min lecturaLa lucha contra el dopaje se ha intensificado en los últimos tiempos y, aunque a veces despierta polémicas y decisiones incomprensibles, como el tratamiento que se le ha dado a los positivos de Jannik Sinner e Iga Swiatek con respecto a otros tenistas y deportistas, en general, está funcionando y descubriendo a muchos que han hecho trampas y lo han acabado pagando.
Ya no es sólo aquellos que dan positivo, el pasaporte biológico ha sido un gran paso adelante y también ha dejado a otros señalados. Más polémica hay con el hecho de tener que estar localizable y en determinado lugar cuando la AMA lo ha requerido por sorpresa. Sobre todo, porque aunque a veces ha dado resultado, en otras se ha metido de forma imprudente en la intimidad de las personas.
Esto último es lo que le puede costar una dura sanción a todo un campeón olímpico de natación. El nadador tunecino Ahmed Hafnaoui "ha aceptado voluntariamente una suspensión provisional” después de no haber estado localizable en al menos en tres ocasiones durante los últimos 12 meses.
Así lo confirma la AQIU, Unidad de Integridad dependiente de World Aquatics, que ha sido la encargada de divulgar los motivos de esta suspensión provisional y lo que le puede caer -de uno a dos años de sanción- al campeón olímpico de 400 metros libres en Tokio 2020.
En este sentido, según dicta la norma, un nadador de su categoría debe informar todos los días de su paradero, en franjas de 60 minutos. Sus 'ausencias' llegaron durante la fase de preparación de los Juegos Olímpicos de París, una cita a la que no acudió y en la que, por tanto, no defendió título debido a una enfermedad de la que no se supo nada más. “A la espera de la resolución de este asunto, el Sr. Hafnaoui ha aceptado voluntariamente una suspensión provisional”, publica la AQIU.
El tunecino sí compitió en el arranque del año, antes de que se diera todo esto, en los Mundiales de Doha, donde tuvo una discreta actuación y no logró meterse en las finales. A sus 18 años se convirtió en el orgullo de África, en el segundo tunecino en ganar una medalla olímpica y en la gran esperanza del deporte de este país. Ahora, con 22 y tras una posible sanción que le podría apartar dos años de los grandes eventos, su futuro es toda una incógnita.