La historia de nunca acabar. Nuevo capítulo de un Málaga que volvió a mostrar su
peor imagen. Una derrota ante un rival directo al cual reanima para el último tramo de temporada. El gol de
Bouldini en el minuto 68' bastó para doblegar a un equipo frágil en ambas áreas.
Es dado a sorprender
Natxo González con sus onces. A veces con el sistema (utilizando cinco defensas) o alineando jugadores que parecían olvidados. Lo hizo en esta ocasión con las titularidades de Jairo y, sobre todo,
Kevin Medina, que no partía de inicio desde el debut del técnico vitoriano contra el Mirandés. También dio entrada al joven Andrés Caro ante las dudas físicas con
Peybernes. Por lo demás, lo esperado por todos.
Jugaba el Málaga en el estadio
Fernando Torres, lejos de La Rosaleda, pero no como visitante. Alrededor de 300 aficionados se hicieron notar desde el minuto uno en las gradas al son de 'Vamos, Málaga, marca un gol'. Con intensidad y energía saltaron los jugadores al campo. Quizás excesiva por parte de Brandon, que vio la cartulina amarilla a los 120 segundos por un codazo involuntario.
Había mucho en juego y bien lo sabían ambos equipos. Una mano rígida de
Dani Barrio impidió el tanto del Fuenlabrada tras cabezazo de Bouldini. Aviso de intenciones por parte de los de Sandoval. Hizo lo propio
Kevin Medina con un toque de calidad con el exterior que se estrelló en el palo.
Dominaba cómodamente el partido un Málaga
muy ofensivo. Tanto que provocó cinco saques de esquina a favor antes de cumplirse a media hora de juego. Sin duda, la
mejor versión del equipo fuera de Martiricos. Gran culpa de ello era de Jozabed y Febas,
motores de los andaluces con balón.
Era a través de
Pedro León y Ontiveros, que recibió
muchos cánticos en su contra por parte de los malaguistas desplazados, cuando los madrileños creaban con más lucidez, aunque sin inquietar al guardameta blanquiazul. Después de un inicio con bastante ritmo, este descendería a partir del 30' y hasta llegar al descanso. Ambos equipos, con más miedo de perder que
ambición por ganar.
Arrancó muy bien el Málaga la segunda mitad. A los tres minutos de la reanudación, los blanquiazules tuvieron la ocasión más clara del partido después de una buena combinación entre Víctor Gómez, Jairo y Brandon que cortó 'in extremis' Pol Valentín. Con mucho acoso y derribo por parte de los dos equipos, el partido entró en un bucle constante de interrupciones con numerosas faltas.
Fue en una transición donde
Brandon se quedó solo para adelantar al Málaga, pero segundos después, marcó el Fuenlabrada. ¿Cómo? De un mal control de alevín del delantero, los locales recuperaron el balón montando un contragolpe mortal. Indecisiones defensivas de los de Natxo provocaron que
Bouldini rematase libre de marca para romper la balanza a favor de los madrileños. Muy cuesta arriba se le ponía el asunto a un equipo con una notable falta de gol.
Del 0-1 al 1-0.
Intentaba reaccionar Natxo González con un triple cambio. Dio entrada a Paulino, Vadillo y Chavarría, aunque poco fruto le daría. Replegó con cinco defensores el Fuenlabrada, a sabiendas de los problemas de un Málaga que ni con el apoyo de la afición lograría sacar algo de provecho de su visita en el Fernando Torres. Tal fue el enfado y crispación de la hinchada que incluso se escuchó desde el sector blanquiazul "jugadores, mercenarios".
Una derrota que dolió por las formas, importancia del encuentro y las ocasiones erradas con varios manos a manos frustrados. Tiene mucho que trabajar aún Natxo González. Dijo en rueda de prensa que "quedan 33 puntos y puede pasar de todo". Sin duda, porque el descenso cada vez está más cerca...