Óscar García Junyent aterrizó en Balaídos con el objetivo de reflotar a un
Celta que de nuevo coqueteaba con la zona de descenso, pero tres meses después únicamente ha sumado un triunfo y encadena ocho partidos sin ganar.
El técnico ha realizado diferentes probaturas en busca de una fórmula que no ha encontrado, con un carrusel de sistemas, tanto con cuatro atrás como con cinco, con dos carrileros largos. Se estrenó con un
5-3-2 contra el
Barcelona, para después utilizar el
4-3-3, el 4-2-3-1, el 4-1-4-1 e incluso el
4-4-2. Además, también ha experimentado con el
3-5-2, dibujo usado en el último partido ante el
Valencia, en el que los gallegos ofrecieron una buena imagen pese a caer en Mestalla por 1-0.
Independientemente del molde, la propuesta de
Óscar consiste principalmente en una presión adelantada para tratar de robar en campo contrario y en transiciones rápidas maximizando los recursos que posee de medio campo hacia delante. Idea que, sin embargo, no termina de cuajar sobre el campo, lo que ha provocado que
Óscar prescinda de futbolistas que eran indiscutibles para
Escribá, como uno de los fichajes estrella en verano,
Denis Suárez.
Ahora dispone de una pieza más en ataque, el ruso
Smolov, lo que podría suponer otro cambio táctico. Sea como fuera, se le acaba el tiempo a
Óscar, que, con el equipo penúltimo, ya camina sobre el alambre.