El Palmeiras no esperó y después de la conquista, el sábado en Río de Janeiro, del título de la Copa Libertadores embarcó casi de inmediato para Sao Paulo, donde fue recibido este domingo por la afición, que, haciendo caso omiso a las restricciones impuestas por la pandemia, arropó a sus ídolos.
Centenares de seguidores, la mayoría sin mascarillas de protección, se aglomeraron en las afueras del estadio Allianz Parque, la casa del nuevo rey de América, que con un agónico gol de cabeza, en el tiempo añadido, del reserva Breno Lopes venció por 1-0 al también paulista Santos.
Aunque el equipo desistió por razones sanitarias de una celebración con un concierto sobre un gigantesco camión de sonido, como se acostumbra en las calles durante el Carnaval y pretendía hacerlo la Mancha Verde, su principal barra brava, no fue imposible impedir el desbordamiento de los hinchas.
El confinamiento rígido los fines de semanas decretado por el Gobierno de Sao Paulo, que declaró estado de emergencia en fase roja por el aumento de los casos y muertes relacionadas a la covid-19, no impidió que los hinchas se congregaran desde la mañana del sábado para esperar el partido y luego celebrar el ansiado título.
Sao Paulo es el epicentro de la pandemia por el nuevo coronavirus en Brasil, país que con 210 millones de habitantes se aproxima a las 224.000 muertes y los 9,2 millones de casos confirmados.
Tampoco el cierre de bares y licoreras restringió que el consumo de bebidas alcohólicas circulase en los alrededores del Parque Antárctica, sede administrativa y que acoge el nuevo y moderno estadio del Palmeiras, antes conocido como Palestra Italia.
Desde su llegada al aeropuerto internacional de Guarulhos, que opera para Sao Paulo, y durante su trayecto hasta el Allianz Parque, el técnico portugués Abel Ferreira, que conquistó su primer título en su corta carrera como entrenador, y los jugadores recibieron un baño de masas.
Una caravana de automóviles, con banderas y pitos, escoltó el autobús del campeón de América y despertó la algarabía por donde pasaba hasta su llegada al barrio de Barra Funda, en la zona occidental de la mayor ciudad suramericana.
Los jugadores no se contuvieron y algunos subieron al autobús para registrar en sus teléfonos móviles la calurosa recepción de los hinchas.
Después de 21 años, cuando venció en la final al colombiano Deportivo Cali, el Palmeiras se alzó nuevamente con el título del máximo torneo continental y ahora espera su inédita y anhelada conquista del Mundial de Clubes, que disputará en febrero en Qatar.
El 'Verdao' llegó cinco veces a la final de la Libertadores, la última en 2000 cuando defendía el título de un año antes y cayó en la final ante el argentino Boca Juniors de Buenos Aires.