Como si de una resurrección se tratase, Gerard Deulofeu ha abrazado otra vida y se ha reencarnado como 'Avispa' al calor de las afueras de Londres en un Watford que jugará la final de la FA Cup gracias a la excepcional actuación del atacante español.
Los 'Hornets' están de moda en la Premier League. El entrenador español Javi Gracia los cogió a mediados de la temporada pasada y, pese a un final de campaña no del todo contundente, siguió en el cargo este curso, recibiendo la confianza de la directiva con una renovación a largo plazo, algo inédito en Vicarage Road.
A los pocos días de firmar Gracia, en enero de 2018, el Watford cerró la cesión de Gerard Deulofeu, sin oportunidades en un Barcelona que pese a haber sido su casa seguía sin ser el lugar de su explosión definitiva. Llamado a liderar la España del futuro cuando despuntaba en categorías inferiores, 'Deulo' no colmó esas expectativas y la salida a un lugar tranquilo y alejado de los grandes focos como Watford, ubicado en las afueras de Londres, parecía adecuado. Lo que unido a la experiencia pasada de Deulofeu en el Everton sumaba puntos. Sin embargo, sus actuaciones fueron contadas. Recibió la confianza del míster nada más aterrizar en la capital británica, pero una fractura en un pie a finales de febrero le dejó en el dique seco. Fueron dos meses sin poder vestirse de corto hasta que reapareció a final de temporada, pudo jugar tres partidos más -poco más de cien minutos- y se bajó el telón al año futbolístico. En total, siete partidos y un gol, un pobre bagaje para el extremo español. Sin embargo, en Inglaterra confiaron en él y los 'Hornets' desembolsaron 13 millones de euros para ficharle.
Pese al inicio de campaña discreto, lastrado por otra lesión en un pie que no le dejó debutar hasta octubre, Deulofeu ha participado en 25 partidos de Premier marcando siete goles y se ha coronado como el salvador del Watford en las semifinales de la FA Cup. Con los londinenses 0-2 abajo ante el Wolverhampton Wanderers, Deulofeu sacó la varita. Primero con un sublime tanto técnico en el que, escorado, vio el hueco entre la defensa y el portero y con una especie de vaselina colocó el esférico en la escuadra. El tanto no era definitivo y era únicamente la primera piedra en la remontada. Un penalti en el descuento transformado por el 'nueve' del equipo, Troy Deeney, rescató la prórroga y ahí, en una carrera sensacional de Gerard, finalizada con un toque leve, pero suficiente, se finiquitó el pase a la segunda final de la FA Cup en la historia del Watford tras la de 1984.
Las 'Avispas' volverán a Wembley el próximo 18 de mayo para medirse al Manchester City y optar a su primera Copa de Inglaterra. Para entonces, el Watford volverá a necesitar la mejor versión de un Deulofeu que se ha reencarnado y que quiere sellar la resurrección tocando metal.