La trayectoria del
Espanyol en lo que va de curso se puede calificar de irregular. Tras un comienzo dubitativo, los resultados han mejorado pero sin terminar de cumplir las expectativas, pues el segundo proyecto de
Quique Sánchez Flores comenzó con la intención de luchar por las posiciones europeas. Sin embargo, hasta ahora nunca ha dado la sensación de estar preparado para dar ese salto, pese a la evidente mejoría en las últimas jornadas.
El sistema de
Quique se basa en una clara premisa, la seguridad defensiva. Para conseguirla se ha apoyado en
David López, que no dudó en asumir el liderazgo de la zaga antes de que la recuperación de activos lesionados le permitiesen volver a su puesto natural.
Él, Pau López, Aaron y Gerard Moreno, un hombre por línea, han sido el soporte sobre el que se ha sustentado el cuadro perico, que ha ganado en consistencia con la recuperación de
Óscar Duarte y el consecuente regreso de
David López al doble pivote, donde hoy estará acompañado por
Víctor Sánchez o Javi Fuego, con
Sergi Darder por delante, algo más liberado para asociarse, construir y llegar, aunque igualmente ayudando a cerrar. Una de las incógnitas es cómo va a cubrir
Quique la baja en el lateral zurdo de
Aarón, que cumple sanción y se perderá su primer partido de la temporada.
La otra duda está también en ese costado.
Baptistao es fijo en la derecha, pero para la izquierda es duda
Sergio García. Si no llega a tiempo,
Granero y Melendo, el héroe del derbi copero, son los candidatos; con
Gerard como líder arriba.