A nivel global, los transportes son unos de los mayores causantes de la contaminación. Su emisión de gases de efecto invernadero, derivado de los combustibles fósiles como la gasolina y el diésel, es el detonante de un mal que acecha en contra de la sostenibilidad del planeta. De ahí, que en España surgiese la Agenda 2030, con una lista de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. En suma, a nivel continental, desde la Unión Europea se ha prohibido la venta de coches nuevos con motor de combustión a partir del año 2035. Por ello, Toyota y ExxonMobil se han asociado para desarrollar una alternativa.
Se trata de una serie de combustibles de baja emisión de carbono en motores de gasolina. Así se ofrece una forma potencial para que los conductores puedan contribuir a la reducción de emisiones sin tener que cambiar obligatoriamente al vehículo eléctrico. De esta manera, la unión de Toyota con ExxonMobil sirve para desarrollar una gasolina que contamina en un porcentaje más inferior.
El vicepresidente de estrategia y planificación de ExxonMobil, Andrew Madden, indica que el origen de la nueva gasolina es de materiales más limpios, los cuales cuentan con una capacidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los motores que tienen combustión interna en un porcentaje considerable. Nada más y nada menos que un 75% menos que la gasolina tradicional.
Al menos, así lo aclaran los resultados primitivos de las pruebas ya completadas. De hecho, estos combustibles son perfectamente compatibles con los vehículos de la marca japonesa, algo que favorece la inclusión de estos vehículos en el mercado para competir con los coches eléctricos del futuro. Hoy por hoy, los combustibles necesitan el apoyo de las distintas políticas gubernamentales. Tras la fase de pruebas, su disponibilidad comercial depende principalmente de ellas. Una fase de pruebas que no es la primera, ya que ambas entidades tienen largas historias de pruebas de tecnologías para reducir las emisiones de transporte, que terminaron fracasando.
Madden ha confesado que este combustible es una mezcla de materiales ya existentes como la biomasa renovable y el etanol, los cuales son producidos a través de un proceso más limpio. Según señala, “tener una solución para combustibles líquidos que podamos usar en la flota existente, dentro de un marco político que permita que el mercado innove, es la forma más económica de descarbonizar el transporte”.
El crecimiento de los vehículos eléctricos en la actualidad es imparable. Están asaltando el mercado con un ritmo frenético. Si bien, la disponibilidad de estaciones de carga, los largos tiempos que suponen esas recargas y el alto coste de la adquisición de los nuevos vehículos dificultan la expansión total. En suma, se alimentan de la electricidad de la red, que se suele generar con una mezcla de fuentes que contienen gas natural y carbón.
A día de hoy, los nuevos clientes de vehículos eléctricos tienen la posibilidad de adquirir créditos fiscales en algunos países como los Estados Unidos o España, entre otros. Si bien, tanto Exxon como Toyota creen que sería mejor una política enfocada en las distintas emisiones del ciclo de vida. Estas, por su parte, tendrían en cuenta la dependencia que tienen los vehículos eléctricos hacia la red eléctrica.
En suma, de establecer un estándar de emisión del ciclo de vida, se verían recompensados los combustibles de baja emisión que son producidos por compañías como Exxon y algunos conductores que dispongan de motores de combustión interna.
Por su parte, Toyota pretende reducir las emisiones que incluyen los vehículos eléctricos e impulsados por hidrógeno, aunque si bien deben hacer esfuerzos para reducir el carbón de las flotas que existen. En este sentido, el objetivo que se pone la marca japonesa según indica el vicepresidente de sostenibilidad y asuntos regulatorios, Tom Stricker, es cumplir con los objetivos climáticos. “No importa cuál piense que podría ser el ritmo de la transición de la electrificación, habrá 1000 millones, si no cientos de millones de vehículos en las carreteras durante bastante tiempo. Los combustibles bajos en carbono serán bastante importantes para lograr esas reducciones de gases de efecto invernadero rápidamente”, expresó el dirigente.