A la hora de pensar en deportes peligrosos no pueden venir muchos a la cabeza, porque existe por algo la palabra deportes de riesgo, sin embargo, hay mucho más allá de esos que mencionamos. Y es que la hora de pensar en los que de verdad se juegan la vida quienes lo practican, pocos hay más claros que el motociclismo, porque vemos como los pilotos van a velocidades impactantes montados sobre una máquina de muchos kilos, pero muy volátil, y con poca protección, más allá del casco y el mono. Y es que esas monturas pueden ir muy pero que muy rápido.
Y es que en los últimos años la ingeniería ha avanzando a pasos agigantados y son muchos los pilotos de MotoGP que han llegado a máximos increíbles, que jamás se habían ni soñado a bordo de una moto. Además, hay un circuito que se ha erigido como el más rápido del mundo, el Autodromo Internazionale del Mugello. En él se consiguió el récord, el increíble registro de Brad Binder de 366,1 km/h en el GP de Italia de 2023, que se mantiene como la velocidad más alta jamás lograda. Aunque eso sí, Pol Espargaró logró igualarlo en la práctica del GP de Italia de 2024.
De hecho, dentro del top 10 de velocidades más altas jamás alcanzadas por los pilotos, todas son la larga recta del trazado italiano, por ejemplo, el récord anterior a ese, que data de la carrera de 2022, y que fue obra de Jorge Martín, con unos alucinantes 363,6 kilómetros por hora. Aunque eso sí, cada vez es más normal que lo batan, porque ya no está entre las dos primeras. Se debe a que además de Binder y Espargaró con sus 366,1, hay varios que han conseguido llevar la aguja hasta los 364,8 km/h, como Álex Márquez, Pedro Acosta, Bastianini o Bezzecchi.
Esta tendencia de motos cada vez más rápidas no tiene pinta de que vaya a ir a menos, de hecho, al contrario, ya que todo apunta a que va a crecer y cada vez van a ser más los pilotos que la superen, e incluso se vayan por encima del récord de Binder y Pol.
Esto se debe a las tendencias actuales aerodinámicas, que han hecho que las motos sean cada vez más rápidas. Al igual que pasó en la Fórmula 1, los prototipos de dos ruedas tiende a ensancharse y a sumar elementos que les permitan correr más, a costa de hacerlas más pesadas y hacer más difícil su conducción y dando lugar a carreras más aburridas. Sin embargo, es cierto que están estudiando la forma de ciertamente limitar esto.