Muy buenos tiempos sí, pero entrenando y con la moto sin estar puesta a punto. Marc Márquez abrió su camino como piloto de Ducati en el test de MotoGP de Valencia, donde demostró su gran pilotaje; eso sí, sin que la moto terminase de convencerle, ya que ha encontrado varios fallos que han supuesto un duro golpe para el seis veces campeón del mundo en la categoría reina del motociclismo.
Aunque por contrato aún no puede hablar como piloto de su nuevo equipo, ello no ha impedido que Sky, la televisión italiana que tiene los derechos del Mundial de MotoGP, fuese capaz de captar la charla que el piloto de 30 años mantuvo con su nuevo jefe de mecánicos, Frankie Carchedi. Aunque fueron pocas vueltas y Márquez reconoció puntos positivos de su montura como que es menos exigente a nivel físico y tiene mucho agarre en la parte trasera, ello no evitó que de igual modo se haya visto obligado a pedir cambios, ya que existen problemas muy importantes a solucionar.
En esa línea, y aunque no ha sido más que un día, el de Cervera aseguró que no se encontraba nada cómodo en su asiento, ya que la postura a la hora de conducir no le era del todo natural. Por ese motivo, ya habría comentado que se necesitan hacer variaciones en altura, sillín y otros aspectos para poder rodar con mayor seguridad y soltura.
Si lo anterior es un tema menor, más preocupa al de Ducati los problemas a la hora de abrir gas. Sobre este asunto, y más en concreto a la hora de llevar a cabo tal acción estando inclinado, destaca que el tren delantero no responde como se supone que tendría que hacerlo, lo cual hace que la moto pierda equilibrio por unos momentos.
Siguiendo con la lista de cosas que no le han gustado, la que más hace reflexionar al ex piloto de Honda es la frenada. Siendo un punto clave a la hora de competir en carreras de motos, ya que casi todos los adelantamientos tienen lugar en esa faceta de la conducción, Márquez admite que no puede parar su montura tan rápido como le gustaría, ya que si se muestra agresivo se le levanta de detrás.
Si bien esto son impresiones tras una sola prueba, a Márquez le ha servido para conocer su moto y saber a qué atenerse (y en qué trabajar) cuando llegue la hora de preparar la próxima temporada. Por ahora se dedicará a ponerse a punto físicamente, tal y como demuestra el hecho de que haya pasado por el quirófano para solventar el Síndrome compartimental que venía sufriendo en el brazo derecho. Queda mucho por delante, pero lo que está claro es que a Márquez le sobran ganas de hacerlo bien.