Luisma Sánchez3 min lecturaPoco a poco ha ido cobrando cada vez más importancia el rumor sobre la salida de Adrian Newey, director de carreras de Red Bull. Su salida de la escudería austriaca cada vez es más una realidad y su destino, según han apuntado ya varios medios de renombre, parece ser el de Ferrari. Ambas escuderías han tenido sus más y sus menos sobre algunos rumores que se han dado ante un posible intercambio de cromos y de cara a la temporada que viene se espera que esta guerra persista.
Se llegó a hablar incluso de la posible marcha a Aston Martin, para trabajar con Fernando Alonso. Al asturiano le gustaría trabajar con él en alguna ocasión, pero sus caminos ahora mismo parecen estar muy alejados. En las últimas horas, varios medios alemanes aseguran que su marcha de Red Bull a final de temporada. De hecho, hace unas semanas ya dejó en el aire su futuro: "Ahora mismo estoy en Red Bull, pero en un futuro ya veremos".
Después de 20 años en Red Bull, podría marcharse la temporada que viene a Ferrari, incluso aun teniendo su contrato vigente hasta 2025. De esta manera, el inglés querría romper su vinculación con la escudería austriaca. Su precio ya se está hablando: 10 millones de euros por temporada, un precio por el que muchos equipos pagarían por un piloto de los buenos. Sin embargo, la nueva adhesión de HP con la firma italiana podría permitir toda esta revolución en su escudería para la próxima temporada.
Con la llegada de Lewis Hamilton y el propio Adrian Newey, Ferrari formaría un equipo para pelear a lo grande el próximo curso. En medio de todo esto y aparentemente ajeno a estos movimientos está el futuro de Carlos Sainz, aún sin resolver. La llegada de los dos ingleses podría hacer que Red Bull actuara por despecho, tratando de llevarse definitivamente al piloto madrileño. Ya lo han tanteado y es sabido que ha habido algunos contactos entre ambas partes. Aun así, esta venganza contra Ferrari quedaría más bien en el aire, puesto que sería un supuesto para nada descabellado.
Sin embargo, desde Red Bull parecen conformes (cada vez más) con el rendimiento de Checo Pérez. Por no hablar de Max Verstappen. Parece que ninguno de los dos se moverá, salvo sorpresa, de la escudería austriaca. En este supuesto caso, el sacrificado sería el mejicano, teniendo que soportar casi la misma situación que ha sufrido Carlos Sainz con Ferrari.