El circo de la Fórmula 1 tiene su próxima parada en 'Welcome to Fabulous Las Vegas'. La llamativa ciudad de Nevada, famosa por sus casinos y espectáculos acoge el penúltimo Gran Premio del año. Y lo hace rodeado de misterio, críticas y mucha polémica en torno al circuito y los cambios que está acogiendo el territorio americano para celebrar la carrera. Ya son muchas personalidades de renombre las que han puesto en entredicho el evento. Una de las particularidades será el día en que tenga lugar, el sábado 18 de noviembre.
El circuito urbano de Las Vegas tendrá un recorrido de 6.12 kilómetros con 14 curvas y dos zonas de DRS. Tendrá un total de 50 vueltas donde los pilotos llegará a alcanzar una velocidad máxima de 342 kilómetros por hora. Se correrá de noche, lo que dará una luminosidad y ambiente especial pero los residentes en la ciudad ya han empezado a quejarse por los múltiples cambios que está sufriendo el entorno a causa de la Fórmula 1.
Se están colocando barreras protectoras en varios puntos del recorrido con el objetivo de no facilitar la visión de toda persona ajena y con acceso al Gran Premio. Una de las mejores vistas de la ciudad ha sido bloqueada ya hasta la disputa de la carrera. Además, se están talando árboles para instalar material relacionado con la organización y más graderío. Puntos emblemáticos de Las Vegas como el volcán Mirage o el canal de góndolas de Venetian han sido cubiertos para colocar también gradas. Los turistas están indignados.
El que fuera propietario y jefe de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, ha sido de los primeros en mostrar su opinión desfavorable ante la penúltima carrera del año. Para el magnate británico, es bueno que el campeonato salga de Europa, pero con un pero: "Estoy feliz de que el deporte siga desarrollándose en todo el mundo. Soy quien sacó la Fórmula 1 de Europa y la trajo al resto del mundo. Estamos compitiendo por un campeonato mundial, no por un campeonato europeo. Es bueno que siga así", dijo en recientes declaraciones.
Pero alegó contra Las Vegas: "No tengo muchas ganas de que llegue. ¿Por qué no? No tiene nada que ver con la Fórmula 1", apunta el dirigente de 93 años.
El flamante campeón de la temporada (una vez más), Max Verstappen reconoce que aún no sabe lo que se encontrara en Estados Unidos: "La última vez que lo probé en un juego de F1, choqué con más paredes de las que conduje en línea recta", dijo entre risas. Para continuar: "Aún queda mucho por hacer. Todavía tengo que sentarme en el simulador. Sinceramente, todavía no conozco la pista en absoluto", admite.
Preguntado por esas pruebas en el videojuego, el holandés ya espera que en la realidad le vaya mejor: "¡Esperemos que no sea el caso cuando conduzca allí! En cualquier caso, será muy diferente, con temperaturas muy bajas allí por la noche. Un circuito urbano y no tenemos experiencia allí. No sabemos nada todavía, todo es nuevo, quizás esto depare algunas sorpresas", finalizó.